domingo, agosto 24, 2008

Dulce Condena


Viejas sensaciones vuelven a mi cabeza, son las mismas que cuando el Barça nos levantó una Korac en el 99 o la final de la liga en el 2004.Los Americanos inculcan a sus bambinos desde la cuna aquello de "El segundo es el primer perdedor", sin especificar el como se consigue la victoria, para ellos el fin siempre ha justificado los medios.

Sería injusto no personalizar esta derrota en dos claros culpables: Raül López y Aíto, por haberle convocado para estos juegos. El paquetísimo base de la sección de baloncesto del Real Madrid Club de Fútbol debería volver a España nadando, no dejando de parar en Tenerife para regalarle su medalla al Chacho Rodriguez, su legítimo dueño por haber hecho mucho más en estos juegos desde el sillón de su casa, que el mercenario catalán que le robó su camiseta y que no ha hecho más que restar en este torneo.

Con Pepu en el banquillo, sin la lacra de Raül y con una tripleta de bases en perfectas condiciones físicas (Chacho, Calderón y Ricky), hubiéramos ganado de calle a este Dream Team de garrafón, sin importarnos sus infinitos pasos de salida o las triquiñuelas arbitrales. Puede que no estemos tan cachas como los yankees, ni saltemos tanto, pero nos sobra casta como para ganarles sin tener que recurrir a las malas artes de los argentinos.

Carlitos Jimenez y Felipón han sido los grandes "tapaos" de estas olimpiadas, llevando hasta las últimas consecuencias todo lo que aprendieron del gran Alfonso Reyes. El deporte español tiene una deuda infinita con el Ramiro de Maeztu: sin Fernando Martín, Beirán, Pepu, Carlitos Jimenez y Felipón; este país jamás hubiera ganado una medalla olímpica en baloncesto.

Es el final de una era, Gasol dejará los Eurobaskets para concentrarse en la noble tarea de ganar anillos con los Lakers y los otros ÑBA serán también coaccionados para dejar de pasar los veranos vistiendo la roja. Aíto se irá a entrenar al Unicaja y habrá que encontrar otro seleccionador solvente ¿no sería más fácil echar a Pepe Sáez y que volviera Pepu?

No creo en las dulces derrotas, pero lo de esta mañana ha sido lo más parecido que puede haber a una. Nos volveremos a ver las caras en Londres, al pie del Big Ben le recordaremos al mundo el significado del baloncesto de patio de colegio, ese que no le teme a nada ni a nadie, porque sabe de sobra que ni todos los All Stars de la NBA, ni todo el dinero de los equipos de fútbol, podrán vencer el espíritu indomable de la roja, que es el que aprendieron de los lanzadores de huevos del Ramiro.

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