lunes, diciembre 24, 2007

Caída Libre


Pocos meses después de la última vez, Pete nos vuelve a invitar a ver desde la cocina el Fuenla-Estu. Hace un par de años el duelo dirimía quién se metería en la Copa del Rey, este año se jugaban el último puesto de la ACB. Ganó el menos malo, en este caso el Fuenla, que le puso más cabeza y también más corazón.

El Estu va sin cadena directo a los abismos, se empieza a hablar de desaparición por culpa de las deudas ¿Se puede saber en qué se han gastado el dinero? Esta cloro que en fichajes no ha sido. La mejor cantera del baloncesto se ha perdido el respeto a sí misma, tal vez sea un buen momento para refundar el club, cerrar la tienda y empezar a pensar en otra cosa.

Perasovic es un ganador embutido en un traje de perdedor, ha vivido mucho en el baloncesto, pero no tiene experiencia en sacar del pozo a equipos desnortados. Los fichajes de última hora (Potapenko y Morandais) huelen a pólvora mojada, aún falta para que estén a tono, pero la tradición y la nobleza mandan: es en los momentos difíciles cuando se demuestra de que pasta esta hecha la gente.

No ha pasado tanto desde que los Toreros llenaran Vistalegre para disputarle la final de la liga al Barça, de aquel equipo ya solo queda Jasen, sumido en la apatía de los que se arrepienten de haber sido el único que no supo abandonar el barco a tiempo. Más allá del romanticismo de unos colores, una pésima gestión económica y deportiva, a la larga siempre acaban pasando factura.

Hay sitios que nos traen recuerdos, un pedazo de nuestra alma deportiva se quemó el día que ardió el Palacio de los Deportes. La Plaza de Toros de Carabanchel fue un buen parche para nuestras quemaduras, allí vivimos algunos de nuestros mejores momentos. El día que el equipo se mudó al Rockodromo de la CasaCampo, comenzó a prostituir un pedazo de sus historia, por un puñado de €s que Gallardón jamás les ha pagado. Ha llegado la hora de volver a casa, Magariños espera volver a convertirse en un fortín. Por muy mal que vengan dadas, la Demencia no dejará nunca de animar y - a diferencia del Frente Atletí - si se consuma el descenso, no lanzarán huevos a los jugadores, porque los tienen todos reservados para tirárselos a los del Maravillas.

martes, diciembre 18, 2007

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jueves, diciembre 13, 2007

... hacia ninguna parte



Los seguratas me hacinaron en el típico cuartillo que tienen para hacer inspecciones anales a los portadores de farlopa transoceánicos. En apenas treinta segundos había mandado al carajo toda una vida esforzándome por ser un "buen chico", por portarme más o menos bien con todo el mundo, hacer mis tareas a tiempo, no meterme en muchas peleas, no dar demasiados disgustos a mis padres, no inyectarme droga, ni traficar con nada de lo traficable ...

A partir de ahora sería un convicto o ex-convicto el resto de mis días, todos los años que había pasado chapando y explotado en el curro, ya no valdrían para nada. Ninguna empresa de postín - de las que miran los antecedentes penales antes de contratar - me querría fichar y todos mis conocidos se avergonzarían de cruzarse conmigo. No había matado a aquel imbécil, pero le había hecho la suficiente pupita como para que un fiscal tipo Shark me mandara entre rejas unos cuantos meses.

La zona de embarque de un aeropuerto no es el mejor sitio para cometer un delito punible: estas en tierra de nadie, en una sucursal de ninguna parte en la que la gente pierde el tiempo mientras espera para salir volando lo más lejos posible, dejando atrás todo lo que habían sido, al menos durante las últimas horas o días.

Un segurata cincuentón y bigotudo vino a darme la charla, me dijo que lo que había hecho no estaba bien, que le había reventado la nariz y parte del craneo al imbécil, que debería controlar mejor mis instintos asesinos ... Nunca he llevado muy bien que me den la charla, pero en esta ocasión me daba igual, mi cuerpo seguía allí, pero mi cabeza hacía mucho que estaba lejos, muy lejos: pensando en las reflexiones de Jack Nicholson sobre los peligros de la promiscuidad en nuestro tiempo y lo mucho que nos habíamos perdido - sexualmente hablando - los que no vivimos los 60 ni los 70. El tío Jack y las miles de mujeres con las que se había acostado, eran el ejemplo perfecto de que con ellas: más vale tener gracia que ser agraciado, una inspiración para todos los no guapos.

Otro par de agentes de seguridad vino a escuchar la charla del segurata bigotudo, y ya de paso me trajeron unas roscas y un cortado. Aquel no era el típico trato que se les daba a los delincuentes en las películas policiacas: allí solo había polis buenos, o mejor dicho, seguratas buenos.¿Dónde carajo estaba la policía de verdad? Ya había pasado más de una hora desde que le fileteé la cara al imbécil con la maleta.

Me volvieron a dejar solo y tuve tiempo de reflexionar sobre la fugacidad de los buenos momentos y la arbitraria subjetividad de nuestra memoria selectiva, seguramente todo fuera producto de la ingesta masiva de roscas: demasiado azúcar nos puede llegar a colocar. Me dejaron la puerta entreabierta y cuando dieron las 2 de la tarde decidí largarme sin más. Salí, miré a un lado y al otro, y cuando me quise dar cuenta ya estaba de nuevo en mi coche, que por fortuna todavía no se había llevado la grúa.

Todo volvía a empezar, me esperaba una media jornada laboral en uno de esos edificios "inteligentes", situados en mitad de una civilización de casas clones. Aquella noche tendría algo en lo que pensar antes de irme al sobre ... aunque al final no fue así, me quedé dormido sin llegar a meditar ni por un segundo acerca de lo fácil que resulta perderlo todo y lo fácil o difícil que a veces es volverlo a recuperar.

martes, diciembre 11, 2007

Pistas de despegue propias ...



Siempre supe que acabaría liándola como el protagonista de "Un Día de Furia", sólo era cuestión de tiempo que pasara. Aquella era una mañana como otra cualquiera, estaba amaneciendo cuando salí del garaje y acabé de ver salir el sol durante la siguiente hora, que fue lo que tardé en recorrer el escaso kilómetro que separa el Puente de Vallecas del Alcampo de Moratalaz.

Supongo que en Madrid hay demasiados coches y por eso es normal que haya accidentes que obligan a cortar carriles de la M-30 en sentido Norte, pero aquel día me daba igual, estaba muy quemado. Si hubiera tenido una recortada me hubiera subido en el capó de mi coche y me hubiera liado a tiros, hay quien dice que relaja. Por suerte para todos, no consumo armas, así que decidí salirme por la tangente y escaparme por la nacional II, esa carretera maldita, llena de burdeles y que conduce directamente hacia el aeropuerto. Tenía que escapar de esta ciudad de una vez por todas.

Ya no recordaba la última vez que había estado más de una semana fuera de Madrid, era víctima de un síndrome que me hacía ver gente gris y obras por doquier. Cogería el primer avión que me llevara lejos, por supuesto evitaría la T-4; no llevaba equipaje que me pudieran perder, pero detestaba sus amplios espacios y su diseño arquitectónico vanguardista. Dejaría mi utilitario tirado en una zona amarilla, siempre sería más barato recogerlo en el deposito municipal que en el parking para estancias de larga duración.

Una vez dentro de aquella T-2 añeja, me acerqué al mostrador de Spanair y pregunté para qué vuelos quedaban asientos disponibles aquella mañana de niebla: Valencia, Bilbao, Munich, Copenhague, Varsovia, Praga, Florencia y Moscú. Por supuesto elegí la capital de la Toscana, sería un buen momento para reeditar mis correrías por aquella ciudad llena de arte y magia enlatada, además hacía justo una década que la visité en el típico viaje a Italia en COU.

No llevaba líquidos, ni maletas, ni portátil, por lo que el control de acceso a la zona de embarque sería un paseo militar, me gustaba la tranquilidad que se respiraba en aquella T2, nada que ver con los agobios típicos de la T4. Todo era paz y armonía, hasta que un gilipollas tuvo que venir a joderlo. Era un tipo alto, barbudo y enjuto, que empezó a protestar por tener que quitarse las botas para pasar el control. El personaje lanzó su calzado con saña al escaner y, acto seguido, se cagó en lo que llamó la puta mafia de los seguratas.

A su lado una asustada pero convencida novia, le daba con relativo miedo la razón. A ella le hicieron también quitarse los zapatos y al cabo de un rato por fin acabaron y pude pasar yo el control. Los seguratas que vigilaban eran de perfil bajo, parecían acojonados ante la mala baba del imbécil barbudo. Mientras me ponía el cinturón y el abrigo, aquel mamón seguía despotricando y chistando por tener que calzarse de nuevo las botas.

Nunca he sido un tipo violento, pero sentí un irreflenable impulso de inflarle la cara a ese imbécil ... y por una vez lo hice: cogí una maleta tamaño cabina que estaba a mi lado y se la lancé en la jeta al barbudo, ante el estupor y bizarro alivio de su partenaire femenina. La sangre del imbécil empapó el suelo de la zona de embarque de la T2 y los seguratas despertaron de su plácido letargo, para abalanzarse sobre mi persona. Me había metido en un lío ...

viernes, diciembre 07, 2007

Pensaba que eras de oro, pero eres insoportable



Ocho años han pasado desde que, al pie de una roca medanera, le prometí a un buen amigo escribir una anti-apología del móvil. En este tiempo todos hemos tenido al menos 3 o 4 terminales, de diversos colores, tamaños y formas. Algunos hasta trabajamos indirectamente durante un lustro para el principal operador del país, a ratos desde lo más profundo de las minas de Moria.

Hace unas semanas, buceando por Internet, me encontré una página finlandesa que vendía anti-móviles, es decir, inhibidores de frecuencia como los que jodieron el marcador electrónico del Palacio, el día que a los principes se les antojó asistir a un partido del Eurobasket. Su funcionamiento es sencillo y permite crear un potente ruido blanco gaussiano multifrecuencia, que impide operar a cualquier móvil situado en varios metros a la redonda.

Cuando estaba en primero de carrera, había un tipo que iba con su zapatófono a clase. Le llamábamos indistintamente "El del móvil" o "El pirata", porque se dedicaba al noble arte del pirateo de juegos de ordenador y consola, con una estupenda relación calidad precio. En un par de años la mitad de los alumnos ya tenían un móvil y al año siguiente el 90%.

El móvil cambió nuestra forma de relacionarnos con el mundo y sobre todo con los demás. Se acabaron los plantones fortuitos, las llamadas inoportunas se multiplicaron, los operadores se forraron con los/as novios/as que necesitan saber en todo momento la ubicación y actividad exacta de sus parejas, ya no necesitamos volver a llevar boli y papel para apuntar números de teléfono, nunca más habría primeras llamadas a teléfonos fijos en los que te respondían padres iracundos que te preguntaban quién y por qué llamabas a su hija ...

Nuestra vida era mucho más complicada y, a la vez, mucho más relajada sin el móvil. Es una forma de esclavitud como otra cualquiera, pero a la vez, viene bien cuando el coche te deja tirado o tienes que llamar para decir que vas a llegar tarde a un sitio. Esta bien pasar de él de vez en cuando y/o mantenerlo apagado por un tiempo. Yo desde que me compré el inhibidor no me canso de cortar conversaciones ajenas en el bus, el tren o los aviones, sobre todo de los que vocean o simplemente cansan con sus monólogos que no van a ninguna parte.

Pues eso, seguid mi consejo y haceros con un inhibidor de frecuencia, igual que un día nos metieron con cuchara el móvil, llegó la hora de devolverle el favor a las todopoderosas operadoras: el aire es de todos y las frecuencias también. Os guste o no UMTS es el mayor fiasco de la historia de las telecomunicaciones ... a seguir robando.

jueves, diciembre 06, 2007

Más de lo mismo, igual de bueno



"Ingravidez" es un digno sucesor de el Bulevar, cada medianoche de domingo repasa un puñado de canciones que rara vez sonarían a cualquier otra hora en la cadena que lo acoge, los mismísimos 40.

Comenzó a emitirse en septiembre del 2002. Presentado desde sus orígenes por Ramón Redondo, un tipo mucho menos borde que Chema Rey; su horario de emisión actual son las noches del domingo-lunes de 00:00 a 01:00 de la mañana, y su audiencia se estima entorno a los 140.000 oyentes.

El objetivo del programa es repasar las novedades discográficas relacionadas con el rock en todas sus tendencias, reflejando los éxitos más importantes del momento tanto de las islas británicas como en los States. De vez en cuando nos deleitan con sesiones acústicas en vivo, secciones con repasos a los clásicos del rock en los 90 y los covers más curiosos del momento.

Entre sus secciones fijas cabe destacar:

Memorial Yuri Gagarin: espacio dedicado a las versiones cuyo nombre homenajea al ruso Yuri Gagarin, el primer humano en alcanzar el estado de ingravidez.

Clásico en Gravedad Cero: sección que cierra el programa rememorando algunas de las mejores canciones de los últimos años.

Despés de maravillarnos en directo hace unos meses en las Ventas, The Killers han publicado "Sawdust" su tercer disco, en su otoñal portada una mano se muestra como el tronco de un arbol caído.

Se trata de un recopilatorio de rarezas y caras B entre las que se incluye el tema "Tranquilize" que grabaron junto a Lou Reed y la versión de " Shadowplay" de Joy Division incluida en la banda sonora de la película "Control", biopic sobre su cantante Ian Curtis.

No hace falta que te pongas a buscar todos estos temas en internet para hacerte una idea del disco al completo, los de NME lo han hecho por nosotros y han recopilado en una página todas estas canciones rescatadas de sus directos.

miércoles, diciembre 05, 2007

El final ya esta aquí



Anteayer tocó a su fin O.C., en su versión en abierto y en castellano. En estos años la serie ha vivido una curiosa involución mediática: empezó en prime time en la primera, su segunda temporada se vio en el horario estelar de la 2 y las últimas se han visto a diario en la programación de tarde de esta cadena, en un horario ideal para adolescentes.

Las aventuras y desventuras de Chino en el pueblo donde viven las estrellas de los Lakers, han dado mucho de si, pero han ido perdiendo su esencia nómada y a ratos desoladora. En estas cuatro temporadas hemos visto de todo: frikies de wikipedia, indies de postal, pijo-flautas, experimentación lésbica, millones de fiestas glamurosas, magnates que iban del cielo a los infiernos, unas cuantas muertes de protas, el waterpolo como deporte rey en un instituto ...

Dicen los más expertos en la serie que las mejores fueron la primera y la cuarta. Yo me quedo con la segunda y tercera. En la última los guionistas perdieron a ratos el Norte, dando demasiados rodeos para acabar dónde todos sabíamos que iban a llegar. Molesta sobre todo que cambiaran la voz que doblaba a uno de los protagonistas: somos esclavos de un puñado de falsetes.

Desde la California donde jamás llueve, un puñado de veinteañeros haciéndose pasar por quinceañeros han reinventado el genero teen, con los mismos ingredientes de siempre y música más alternativa. Siempre fueron ese extraño cruce entre "Crash" y "Sensación de Vivir", a ratos indigesto y otras veces imprescindible.

Esta vez no destriparé el final, solo diré que está a la altura de esta gran serie, que siempre destacó por su capacidad para no tomarse demasiado en serio a sí misma y pocos minutos después ponerse extremadamente melodramática. La echaremos de menos, mientras tanto podemos consolarnos con "Kyle XY", una más que digna sucesora.

lunes, diciembre 03, 2007

Enganchados



"The Wire" es esa serie de la que siempre habla Boyero y que ninguna televisión se ha dignado a emitir en España, ni siquiera las cadenas más marginales o de pago. Intentemos aclarar a qué se debe su ausencia en nuestras pantallas.

"The Wire", "El Cable" o como quieran traducirla, es el enésimo producto televisivo de lujo cortesía de la HBO, la cadena que parió a "los Soprano", "A dos metros bajo tierra", "Roma" y "Deadwood". Esta vez la historia se sitúa en Baltimore (Maryland), urbe decadente y vecina de Washington D.C., la capital de los States.

Es una historia de drogas, de como el negocio de la droga hace girar el mundo a sus pies. Da igual en el bando que estés: camellos, polis buenos, maderos corruptos, políticos legales, Katxulis ... todos están en el mismo juego y muchas veces cambian de equipo con una facilidad pasmosa.

Ese Wire del que habla el título haría las delicias de cualquier ingeniero de telecomunicación. ¿Os acordáis de esos beepers que regalaba coca-cola, con los que algunos intentaban recibir mensajes hace una década? Pues, a parte de en algunos hospitales para llamar a los médicos de guardia, los camellos los siguen utilizando para comunicarse. Puede que os preguntéis por qué: la respuesta es que, nos guste o no, todas las conversaciones por móvil son facilmente pinchables. No penséis que vuestros secretos están a salvo, cualquiera puede escuchar lo que habláis por vuestros modernísimos celulares.

El reparto de la serie lo forman un elenco coral de más de treinta actores. El oficial Jimmy McNulty es lo más parecido que hay a un protagonista, pero no suele acaparar demasiados minutos, Él es tan solo el hilo conductor, el sempiterno antiheroe policial, mal divorciado y ninguneado por sus jefes. Las sucias calles de Baltimore esconden personajes que intentan escapar de un destino gris y húmedo, que les espera a la vuelta de cada esquina, cuestionando su continuidad en el mundo de los aparentemente no muertos.

En enero verá la luz la quinta y última temporada de "The Wire", una de las mejores series de la historia de la televisión. Mientras tanto en España, "Escenas de matrimonio" seguirá batiendo records de audiencia; los que contribuyen a ello: en el pecado llevan la penitencia.