viernes, diciembre 26, 2008

Regalos navideños


"Andrew, you're like Lebron James if he was playing in Spain. Sure people know he's good, but no one wants to eat paella while watching basketball."


El mismo día que oyes pronunciar esta frase a Jeremy Piven en "Entourage", un español que probablemente hubiera tomado paella para comer, acabó con el mejor arranque de la historia de la NBA. La ignorancia y la prepotencia son las principales razones por las que el imperio americano entró en decadencia hace años, ya nada de lo que hagan podrá enmendar sus errores de cálculo.

Ver un partido en la ABC es siempre una experiencia interesante, un buen termómetro para saber lo que se piensa en la NBA de nuestros jugadores, que aquí son héroes y allí vilmente ninguneados. No es extraño que aparezca Rudy con una guitarra, animando a que la gente le vote para poder participar en el concurso de mates. Nadie se acuerda de Calderón cuando se enumeran los mejores bases del este y, a parte de Gasol, el resto de nuestros ÑBAs, simplemente no existen para ellos.

A Pau se le considera un buen escudero de Kobe, pero demasiado blandito en defensa. Para ellos su mayor defecto es no haber nacido en los States, razón de sobra para que no merezca ser entrevistado al final de un partido que decidió con tres canastas y un tapón en los últimos dos minutos. Ellos siempre preferirán a Kobe, porque representa como nadie ese espíritu bravucón y sonriente, el sueño americano de lo sencillo y eficaz, el derecho divino a merecer todo lo bueno.

"Mall Cop", algo así como "Poli de Centro Comercial" es el Megahit que patrocina la tarde de baloncesto del día de Navidad, el protagonista de la cinta está sentado en primera fila en el Staples. Llueve en Los Angeles, es un día gris en el que la mitomanía desapareció para siempre: no son mejores, simplemente tienen más dinero.

Sin los pasos de salida, la medalla de oro de las Olimpiadas sería nuestra, el enésimo fracaso de otro sucedáneo de Dream Team no les hubiera pasado factura, seguirían mirándose al ombligo, mientras nuestros muchachos continuarían pasando desapercibidos más allá de nuestras fronteras. Da igual que el Madrid ganará a Toronto o el Barça pusiera contra las cuerdas a los Lakers en su cancha. Son todos signos de que una revolución se acerca, al menos nos queda el consuelo de poder ver una vez más a Clint Eastwood delante y detrás de la cámara: el 20 de febrero "Gran Torino" llega a España.

jueves, diciembre 18, 2008

3 años, 300 posts


Un año más, acudo puntual a la cita con la onomástica de este "Lo Mejor NO es Dormir", creado hace ya más de mil días. En el balance de lo que han sido estos 12 meses, es obligado acordarse de esos sitios que pisamos por primera vez: Nueva York, Estocolmo, Berlín, Viena, Tel Aviv, Jerusalén, París ... si somos lo que viajamos, este año hemos sido una capital con encanto, mucha historia y miles de recovecos para encontrar un lugar en el que refugiarnos de nosotros mismos.

Cuando recordemos el 2008, para nosotros siempre será el año que ganamos la Eurocopa, en el que unos intrépidos veinteañeros y un gruñón viejuno, en los que casi nadie creía, acabaron con la maldición de los cuartos, haciendo añicos la injusta tradición del "jugamos como nunca y perdimos como siempre". Una tradición que si se cumplió en la mañana en la que el Redeem Team nos birló la medalla de oro de baloncesto en Pekín, cuando nuestros Muchachos se atrevieron una vez más a desafiar a la historia. Si el deporte es una metáfora de la vida, ya no sirven las excusas, estamos más que obligados a llevar la cabeza bien alta cuando vayamos más allá de nuestras fronteras.

Editors, Pereza, Coldplay y Calamaro tocaron en directo para este blog, droga dura de la que no maltrata demasiado nuestras neuronas. Con semejante banda sonora, estábamos obligados a explorar una amalgama de relatos, inspirándonos en el maestro Enric González, nuestro nuevo cronista de cabecera. Boyero fue fiel al 17-O, demostrando que cuanto más convulsos son los tiempos, más necesario es rendir tributo a nuestros mitos y leyendas fundacionales.

Al final conseguimos salvar al Estu, con nuestro apoyo desde la media distancia, observando con recelo lo que podían ser sus últimos minutos en la élite. Éste también ha sido el año en el que un español por fin vistió la camiseta de los Lakers y otro se llevó un Oscar a escasos kilómetros del Staples Center, hitos inéditos en unos meses en los que por momentos parecía que todo lo que se nos había negado tanto tiempo, ahora era algo cotidiano y sencillo.

Unas cuantas películas nos dejaron poso: la seriedad fantástica de "El Caballero Oscuro", el Brookyn en el que nos perdimos y reencontramos de "La Noche es Nuestra", el lirismo y mala conciencia de "Antes de que el Diablo sepa que has muerto" o el vitalismo de "Iron Man", que acabaría dando un giro inesperado a nuestra existencia.

Dino Martin nos enseñó lo que es la ataraxia. Steve Nash se convirtió en mucho más que la inspiración de José Calderón. Giggs consiguió otro doblete histórico desde la incontinencia futbolística. Robert Müller nos hizo disfrutar de cada minuto como si fuera el último. Del Piero desafió al tiempo desde la decena del fantasiasta. Y, por supuesto, nos despedimos para siempre de Paul Newman, con la esperanza de redescubrirle en cada una de sus películas.

Este año nos tuvimos que rendir a la evidencia de que el mejor cine se hace en series como "Roma", "Entourage", "The Wire", "Life", "Eli Stone", "New Amsterdam", "Californication" o "Sexy Money". Gracias a la magia de Internet, nos enganchamos a universos catódicos que cada vez nos recuerdan más a los nuestros propios, . Sobrevolamos los cielos del Atlántico y el
Mediterráneo, con la esperanza de conseguir redondear otra centena de posts para poder agradeceros otra vez, que estéis ahí para leerlos.

martes, diciembre 16, 2008

¿Otra de abogados?


Las series de abogados son un clásico de la televisión, los que nacimos a finales de los 70 crecimos con "La Ley de los Ángeles", antes de ella hubo muchas que no llegamos a ver jamás y después alguna vez pasamos el rato con "Ally McBeal", "El Abogado", "Boston Legal" ... "Eli Stone" es el penúltimo intento de exprimir el género, aunque en ella casi nada es lo que a priori parece.

Bajo un envoltorio frívolo, con versiones de George Michael por doquier, idas de pinza y situaciones surrealistas; se esconde una serie pata negra, el equivalente televisivo a esas películas que te dan la sensación de ser mejor persona después de verlas. Su protagonista es Jonny Lee Miller, el primer marido de Angelina, al que nosotros siempre recordaremos como el Sick Boy de "Trainspotting".

¿Qué podría convertir a un eficaz abogado sin escrúpulos que lo tiene todo en un profeta? ¿Como se transformaría su vida si de la noche a la mañana tuviera que renunciar a lo que más quiere en busca de un ideal? "Eli Stone" planea sobre un terreno farragoso en el que el almíbar podría llegar a mezclarse con los tópicos más manidos del cine y la televisión que todos conocemos. En cada capítulo sus guionistas luchan por esquivar la repetición, para conseguir no ahuyentar a esos pocos intrépidos que no huyeron de esta serie a las primeras de cambio.

Los secundarios son la receta mágica para superar el tedio y los argumentos predecibles, una troupe de actores variopintos esconden sus cartas hasta el último cuarto de hora del capítulo, cuando todo cobra sentido y desde la distancia te planteas que lo que te han contado podría pasar, que por amor a Natasha Henstridge podrías dejarla para que fuera feliz y no tuviera que llorar nunca tu muerte, sólo tu pérdida.

En la Edad Dorada de las Series la oferta es infinita, no hay tiempo de verlas todas y las que no tengan una audiencia aceptable se verán abocadas a la desaparición. Tenemos que elegir a quién le regalamos nuestro tiempo, que historias son las que merecen la pena, a quienes debemos dejar escapar para poder seguir nuestro camino. Las calles de San Francisco esconden una joya camuflada de cultura popular, bajo la que podemos encontrar reflexiones sobre la vida cuando la vida puede acabar de un momento a otro, la realidad protagonizada por un tipo que lucha por ser mejor persona, un insider con alma de outsider que no parará hasta hacer añicos todo lo que pensábamos que pasaría cuando ya nada nos pudiera sorprender.

lunes, diciembre 15, 2008

Retazos del Clásico


Casta, sacrificio, coraje, brega, furia ... lo podemos llamar como queramos y fue lo que puso el Madrid sobre el césped del Camp Nou, lo más importante es que al final no valió de nada porque perdieron y ya están a 12 puntos del Barça. El concepto de dulce derrota no está hecho para el Madrid, aunque el sábado pasado muchos de sus seguidores sintieron al menos el consuelo de no ver a su equipo sumido en la desidia, como en muchos otros partidos recientes.

La Selección nos enseñó en la Eurocopa que la forma perfecta de ganar es una mezcla de talento y oficio, cuando ambos se juntan en apropiadas dosis, el resultado es una victoria brillante y merecida. Al Madrid actual le falta calidad: solo Robben, Guti y Sneijder son capaces de desequilibrar con sus pases o acciones individuales, por desgracia, las lesiones merman constantemente a los dos holandeses y Guti es la sombra de lo que fue, si es que alguna vez fue algo.

Viendo hace unas semanas un refrito de la Novena en casa del Sr. Fo, se me cayeron unos gordos lagrimones recordando esa final. Aquel Madrid era bastante irregular, capaz de lo mejor y lo peor, de hacer el ridículo en el Centenariazo, pero también de ganar la Copa de Europa a lo grande en una final inolvidable. Aquel San Isidro del 2002, sabíamos de sobra que llegaría un día en el que echaríamos de menos a los Galácticos, a los "Zidanes y Pavones", pero a la vez pensábamos que por decreto divino estábamos condenados a ganar la Champions cada dos años.

Una nefasta planificación deportiva nos ha condenado a jugarnos toda la temporada en las eliminatorias de Copa de Europa, como en los tiempos de Lorenzo Sanz, cuando un desdibujado Zaragoza nos colaba un 4-0 en el Bernabeu y acabábamos levantando la Orejona en el Amsterdam Arena. ¿Esta preparado el Madrid de Juande para hacer de la necesidad virtud?

La inteligencia está infravalorada en el fútbol, priman mucho más otros valores como los físicos, estéticos, los de sacrificio o los puramente mercantilistas. Pep siempre destacó por su lucidez y orden mental, el mismo que ha sabido imponer a la panda de gandules del Barça, que llevaban tocándose los huevos desde que ganaron la Champions hace un par de años. Ha transformado a una banda en una tropa de asalto que gana los partidos enchufando goles de cuatro en cuatro.

Los triunfos hacen olvidar la incompetencia del palco, el Calderón o Laporta de turno deja de insultar a nuestra inteligencia con su mera presencia, pasando desapercibido hasta que los días de vino y rosas sean solo un recuerdo. La clave está en la cantera, en fabricar proyectos de crack como Cesc, Iniesta, Bojan o Messi. Su coste es bajo y su rendimiento infinito. Si además la necesidad obliga a rescatar del infierno a tipos válidos que pasan por su peor momento como Etoo o Henry, el resultado todos sabemos cual es.

El Madrid con más holandeses parece haber aprendido a jugar a la italiana y a reencontrarse con el Castilla. La esperanza de alcanzar un fútbol mejor es nula, pero este Madrid de Juande al menos da la sensación de que morirá con las botas puestas.

jueves, diciembre 11, 2008

Aspiraciones psicodélicas



MGMT (management) son una banda que debutó este año en formato largo con un disco en el que se une el electro con esa locura psicodélica de los Flaming Lips. Gran parte de culpa de este sonido la tiene Dave Fridmann, que repite en "Oracular Spectacular" los mismos trucos de producción que tantas veces le hemos visto ya: baterías distorsionadas y mil teclados con eco, todo rebotando para sacar chispas.

Fridmann también pone a disposición de MGMT todo un arsenal de sus mejores trucos en el single de "Oracular Spectacular", esta "Time To Pretend" que luce como las mejores joyas. Sí, ya nos sabemos a qué suenan las canciones en las que Fridmann meten mano, pero MGMT dan aquí con muchos ganchos.

La primera vez que la oí, me pareció lo mismo de siempre, pero no he podido evitar que esa línea de teclado se me metiera en la cabeza. Por si fuera poco, estos neoyorquinos dan con una letra que le vendría que ni pintado a Pete Doherty: "Lets make some music, make some money, find some models for wives/I'll go to Paris take some heroin and fuck with the stars".

Regreso a los 90



A medida que nos vamos alejando de los años 90, la gente se va dando cuenta de algunas cuantas obras indispensables de la época a las que la crítica les dio un trato más bien injusto. Por ejemplo, a los discos de Lemonheads, cuyos buenos trabajos (y tienen al menos tres) puntuaron bien alto entre la facción pop. Vale, no sonaban a cascarria (que era la moda), ni tampoco tenían nada de electrónico (que también fue otra moda), ni por supuesto, llevaron ningún sello grunge. Así que sólo contaron con la imagen de su líder, el guapo pero bastante cabeza loca Evan Dando, y con sus canciones para defenderse.

Y así no se podía. Porque, al final, en esa época casi parecía que lo de menos era la música. Se maltrataban injustamente a buenísimos grupos de pop simplemente porque no servían para una supuesta revolución sonora que nunca llegaba. O porque se adoptaban posturas clasicistas a la hora de producir los discos, en vez de optar por lo extraño, lo sucio o lo directamente feo.

Evan Dando, pese a estar más interesado en salir en portadas de revistas que en hacer canciones, tenía y tiene talento. Deseaba tanto ser estrella el pop que caía mal a los críticos y a cualquier aficionado que estuviese harto de egos y chorradas varias. Pero tenía el don de hacer canciones obvias y vestirlas con trapos diferentes. Tenía el gusto por la melodía infalible. Y una chispa indudable para inundar de melancolía vitalista (sí, es posible) casi todo lo que tocaba con una guitarra. Además, daba al powerpop una dosis de guitarrazos suficiente como para que cupiese en la ambigua etiqueta de lo 'alternativo'.

It´s a Shame About Ray, reeditado por Rhino en una edición de coleccionista que muestra desnudas algunas de sus canciones más importantes, que pone mucho interés en la parte audiovisual del asunto, es un discos imprescindible para los amantes del pop con guitarras. Mucho más imprescindible que la mayoría de los que hoy nos venden. Ríndete al pasado y descubre un clásico de los de verdad. De los que no podrás dejar de escuchar.

Recreaciones lisérgicas



Mystery Jets pasarán a la historia por ser la única banda que ha tenido que ver cómo se marchaba de la formación, el padre del cantante, miembro fundador. Blaine Harrison y su padre, Henry, formaron Mystery Jets junto a dos amigos del colegio del primero, Kai Fish y Will Rees. Más adelante reclutaron a Kapil Trivedi a la batería. Pronto llamaron la atención del público y la industria gracias a sus directos y a su pop-rock progresivo de toques lisérgicos. Pero todo esto tenía que cambiar.

Tras fichar por 679 Recordings y editar un puñado de singles, debutaron en formato largo con 'Making Dens' (06), un lanzamiento que les llevó de gira por el mundo y gracias al que forjaron su reputación como una de las mejores nuevas bandas salidas del Reino Unido. O más bien de la cosecha hype británica de 2006, junto a The Good Shoes, Larrikin Love, Eel Pie Island o Jamie T.

Mystery Jets regresaron dos años más tarde de la mano de Rough Trade con 'Twenty One' , un giro hacia canciones más "radio-friendly", pop -pegadizas, tarareables, optimistas, enérgicas- y para el que han contado con todo un maestro en las tareas de producción, Erol Alkan.

Las etiquetas (pop progresivo, grupo coral, herederos de Pink Floyd) pasando olímpicamente del rock progresivo y buscando la inspiración en lugares sorprendentes. Como la discografía de Michael Jackson o en producciones ochentenas pegajosas y efectistas, y todo sea dicho, resultonas. Para muestra, 'Two Doors Down', que, como ellos mismo escriben, parece "inspirado en Aztec Camera y Phil Collins, con un solo de saxo que podría aparecer en un disco de Wet, Wet, Wet." Ahí es nada.

Junto a él, se pueden encontrar cortes radiantes como 'Young Love', una canción de pop clásico en la que colabora la joven promesa del folk británica Laura Marling, condensa en su letra el espíritu de un álbum que lleva por título la edad de sus protagonistas, 21. Arriba dejo el vídeo.

miércoles, diciembre 10, 2008

El Sultán de las Sutilezas

Más enganchado que nunca


Lo dice hasta el imdb, con su 9.7 de media, "The Wire" es la mejor serie de la historia de la televisión. Estoy a cuatro capítulos de su final definitivo y ya no es una cuestión de adicción, sino de saber que jamás he visto ni veré algo mejor en la tele.

Las malas calles de Baltimore son un microcosmos en el que se revelan todos los males de nuestra decadente sociedad. Allí los camellos conviven con paisanos que solo buscan sobrevivir sin que la mierda se apodere para siempre de sus existencias. Los maderos acechan en las sombras, espiando con sus artilugios y buscando no caer en la tentación de bajar los brazos, de dejarse seducir por la desidia, el alcohol y los polvos de medianoche.

Omar es un ladrón robinhoodiense que roba a los camellos y es respetado por toda su comunidad, imparte justicia porque alguien se tiene que ocupar de los asuntos que nadie quiere o se atreve a resolver. Los capos se suceden y van dando boleto a sus predecesores. El negocio es el negocio y su modelo no está escrito en los libros de economía. Siempre hay que liquidar cuentas pendientes para poder seguir avanzando en la trama.

Las vidas del reparto coral se irán cruzando sin olvidar ni perdonar viejos pecados, si no son listos, los buenos pasarán a peor vida, ya sea dando clase en un instituto o patrullando los muelles subidos en una lancha fueraborda. Los políticos venderán su integridad a cambio de una alcaldía, el senado o la presidencia del país. Besarán todos los niños que haga falta y pactarán con el diablo hasta conseguir los números que necesitan para ganar.

Algo se cuece en nuestras pantallas, los periódicos no paran de alabar una serie cuyas dos primeras temporadas ya están en DVD. No me cabe la menor duda de que su final estará a la altura del resto de la serie.

Las Cosas de Palacio


En la senda de la HBO, pero esta vez de la mano de Showtime, "Los Tudor" prolongan hasta el infinito la historia de "Las hermanas Bolena". Si ya chirriaba Eric Bana como Enrique VIII, el guaperas Jonathan Rhys Meyers se atreve a desafiar a la memoria de todos aquellos que hayan visto algún retrato del orondo monarca británico.

"Los Tudor" es la historia que todos conocemos, la de un hombre sometido a los caprichos de una mala mujer, que cambiará para siempre el devenir de Inglaterra y de su Iglesia. Las intrigas palaciegas se suceden en una corte amenazada por la peste, los conspiradores y los vicios más atávicos.

La reina Catalina de Aragón representa a los españoles de aquella época, los tiempos del emperador Carlos I, en el que eramos un digno enemigo de la Pérfida Albión y nos podíamos permitir el lujo de buscarles las cosquillas desde el catolicismo más radical, mientras desde dentro de nuestras inmensas fronteras se usaba y abusaba del poder del Kaiser.

La presencia de Sam Neill es otro de los pequeños lujos de una serie shakesperiana en su concepción y moderadamente adictiva en su desarrollo. Cuando metes a actores de cine a hacer televisión de la buena, el resultado no suele decepcionar, siempre que los guiones estén a la altura, como en este caso.

Nos gusta Gabrielle Anwar porque al verla nos acordamos de "Esencia de Mujer" y "Cosas que hacer en Denver ...", esta vez no hace de criatura adorable, pero da igual. Su Princesa Margarita es la oveja negra de una familia en la que reina la oscuridad, en la que el absolutismo se vive de la forma más intensa y se respeta a la Iglesia siempre que la Iglesia respete los deseos del Rey.

martes, diciembre 09, 2008

¿Paketepoulos es Muchacho?


Este post está dedicado al teeeo Alez y a su primogénito A.J. (a.k.a Bollullo) que hace un par de días cumplió su primer añito y que dentro de unos años será un crack del baloncesto. El tiempo dirá si está llamado a ser una tanketa tipo Marc Gasol o un fino estilista como Rudy, lo que está claro es que talento le sobra por todas partes.

¿Qué cara se le queda a un abonado del Madrid de baloncesto cuando lee que Papadopoulos (Paketepoulos para los amigos) consiguió 19 puntos y 14 rebotes en su debut en Bolonia? Está claro: cara de portero goleao. Al griego le está pagando el Madrid para que se salga en Bolonia. Nos llevaría unos cuantos párrafos encontrar al culpable de esto, aunque más de un entendido opina que la culpa es de Plaza. Al final, lo único importante es que Lazaros ha resucitado y se ha reencontrado con el triunfo, aunque haya tenido que dejar el grupo para hacerlo ¿Habremos aprendido algo los Muchachos de todo esto?.

En el "Rincón de los Chachos" en Vistalegre se habla de casi todo menos de baloncesto, se soporta estoicamente la apatía de Pepe "Sancho", comiendo todo tipo de frutos secos, disertando sobre el sentido de la vida, el bajo ratio de amachumbres del grupo, el devenir de la vida de los variopintos o si las cámaras nos enfocarían si hiciéramos una pancarta cagándonos en Calderón.

El baloncesto es el deporte más apasionante y dinámico, es raro que te aburras en un partido, pero a veces todo lo que le rodea hace que te abstraigas del juego. Cualquier excusa es buena para dejar nuestra imaginación volar: Marquesas con la cara de Warren Beatty y el pelucón de Camilla, niños tocapelotas que no paran de hacer sonar su bocina, la ausencia de cheerleaders de cualquier pelaje o el sospechoso parecido del Zeppelin del Iurbentia con el que surcaba los cielos de Vistalegre el año pasado ... todo vale con tal de echar unas risas y, de paso, olvidarse de que al Estu se lo han vuelto a cepillar cuando tenía opciones de triunfo.

Vistalegre tiene un color especial, es un extraño cruce entre las Ventas y el Palacio, los enchufados desfilan en el descanso hasta llegar a los toriles para inflarse a jamón del bueno y beberse 6 o 7 copazos. Allí fue donde el Estu casi le gana la liga al Barça, parece que fue hace un siglo, pero sólo han pasado cuatro años ¿Dónde estábamos entonces y dónde estamos ahora? Como siempre, procuramos acordarnos solo de lo bueno.

No puedo acabar esta entrada sin agradecerle al Señor Fo que me pasara su entrada para el derby y desearle que su diarrea egipcia acabe cuanto antes: te digan lo que te digan, el fortasec ayuda. Danako y Alez: contad conmigo para cualquier partido en el que sobre un hueco en el "Rincón del Muchacho", que allí siempre se pasa un buen rato.

Lo que pudo haber sido


Ahora que Bernardo ya es historia, toca hacer un poco de leña con su sustituto, un sieso que hace como diez años - cuando entrenaba al Rayo - me caía muy bien, pero que después de su efímero paso por el Tottenham, no me convence como revulsivo, por aquello del fútbol y los estados de ánimo. Ojala me equivoque, pero Juande no es la solución, aunque será difícil que lo haga peor que Bernardo. Es probable que en unos meses sea historia y venga el que tenía que haber venido: Roberto Mancini, del que a continuación he plagiado vilmente una estampa que hace unas semanas apareció en fansdelmadrid.


Sobre Roberto Mancini como jugador no voy a detenerme demasiado. Dejo los juicios al gusto de cada uno. Fue un extraordinario futbolista, un fantasiasta y luego segundo punta de exquisita técnica y excepcional inteligencia táctica durante 20 años. Y lo fue en un calcio italiano que vivía momentos de esplendor; el dinero llegaba a raudales, los mejores entrenadores y futbolistas querían trabajar, y trabajaban en la serie A. Fueron también los tiempos de auge del 4-4-2 de Sacchi, que poco espacio dejaba a los jugadores de fantasía, muy a menudo obligados a jugar en banda.

Mancini debutó con 16 años en Serie A. Jugador de grandísima personalidad, tuvo diversos encontronazos con periodistas y entrenadores. De Mancini dicen que era un rebelde, también un tocacojones; pero no un rebelde al estilo Schuster, de estos que van por libre sin que nadie les haga caso. Un rebelde con un carisma fuera de lo común, un entrenador/jugador, un chaval con personalidad y lo más importante: capacidad e intuición. Mancini fue el típico futbolista al que se le esperaba un extraordinario futuro como entrenador. Y así fue.

Si como jugador Mancini quemó etapas a ritmo de vértigo, como entrenador más de lo mismo. Fue entrenador asistente de Eriksson durante algunos meses, en la Lazio. Luego se fue a Inglaterra a cerrar su trayectoria como futbolista. Al año siguiente, la primera llamada de prestigio. La Fiorentina de Vittorio Cecchi Gori (hijo bobo de un multimilionario que había fundado un imperio cinematográfico) acababa de echar al turco Fatih Terim y requería sus servicios a temporada casi acabada. Mancini, con 36 años, todavía no tenía el título de entrenador (el Supercorso de Coverciano, que luego obtendría con el máximo de la puntuación). Su elección causó escandalo en el país de los entrenadores, el que se jacta de la mejor escuela y tradición de directores técnicos del mundo. Las iras cayeron sobre Mancini, al que vieron como un recomendado y un sinvergüenza. Este odio se mantiene todavía hoy. Y es que en mi país la envidia es el pan de cada día. A nivel deportivo Mancini heredó un buen equipo, tranquilo en la tabla y en semifinales de Coppa Italia. El camino fue breve, pero bastante bueno. Clasificó al equipo para la final de Copa y la ganó. Primer título. Dirán: hombre, llegó y el equipo ya estaba en semifinales. Ya, pero los títulos luego hay que ganarlos. Un ganador gana, los demás buscan excusas.

Pero vientos gélidos empezaban a atenazar a la Fiorentina, y el caballo pronto se hizo ingobernable. Durante el verano la Fiorentina tuvo que vender casi todos sus activos, encontrándose practicamente en la antesala de una terrorífica quiebra. El dinero empezaba a escasear en Italia, los despilfarros y manías de grandeza de todo el calcio durante los años precedentes pasaban irremediablemente factura. La temporada empezó mal con un equipo roto, un club arrasado y un exigente público acostumbrado a las magias de los Rui Costa o Batistuta, que ya no estaban. Sólo quedaba una plantilla hecha de retales y futbolistas semi-retirados, y la cosa marchaba mal. Empezaron las contestaciones a Mancini, que llegó a ser amenazado por los aficionados (por arrogante, y por no echarle cojones, cómo no, ¡el poder de los medios y del populismo barato!). Después de 17 jornadas Mancini dimitió. Con Mancini fuera, la Fiorentina acabó de morir. Bajó a segunda, quebró y tuvo que volver a empezar desde la eccelenza (practicamente fútbol amateur).

Pero Mancini había dejado una interesante huella. La Lazio de Cragnotti, uno de los equipos que más dinero se había gastado y que más había ganado durante el lustro anterior, le llamó para que fuera el entrenador imagen del nuevo proyecto. Estamos en 2002 y hablamos de un proyecto, otra vez, perturbado por las vicisitudes económicas y el inminente y anunciado crack de Cirio (la multinacional del presidente) y de la propia Lazio. Muchos jugadores fueron vendidos; la Lazio se quedó con una buena plantilla, aunque bastante descompensada. Evidentemente ya no se trataba del poderoso equipo de finales de los 90 y principio del milenio. A esto le añadimos que la palabra clave fue "redimensionar". El ambiente desde el principio no se demostró el ideal para un entrenador sin apenas experiencia: el club estaba sin un duro, los sueldos no llegaban (meses y meses de retraso), los futbolistas empezaron a poner denuncias contra el club y amenazaron con no jugar si no se les pagaba. Más tarde el presidente Cragnotti fue arrestado y la Lazio puesta en venta con una deuda enorme, un agujero que crecía sin parar. El club cayó con estrépito en bolsa. La Lazio intentó pagar parte de los sueldos con acciones del club. Famosa es la frase de Stam (ex defensor de Lazio, Manchester Utd, Milan...): "cuando voy a hacer la compra no me dejan pagar con las acciones de la Lazio".

Lejos de arrugarse, se vio a Mancini en estado puro, empezando a demostrar su grandeza. Clase y elegancia fuera del campo, capacidad y habilidad táctica dentro del terreno de juego, fantástico psicólogo en el vestuario. La Lazio empezó a jugar el mejor fútbol , de largo, de la serie A, obteniendo resultados absolutamente inesperados. En su primera temporada en la Lazio ganó la Coppa Italia (segundo título como entrenador) y clasificó al equipo para la Liga de Campeones. Mancini gana reputación y es el primer entrenador de un club italiano nombrado manager general (a lo Ferguson). Le desmantelan otra vez el equipo, pero con el poco margen de maniobra que tiene (poco dinero) consigue rehacer la plantilla, dejando patente su ojo clínico. El segundo año de Mancini sigue las pautas del primero: equipo competitivo, corto, que juega al fútbol como los ángeles con combinaciones rápidas y mortíferas, máximo aprovechamiento de todos los recursos de la plantilla. 4-4-2 muy bien estructurado y trabajado. Equipo técnico, pero que no desdeñaba el físico. Hablamos de un once limitado, pero trabajadísimo. Gracias a Mancini y al juego virtuoso, alegre y equilibrado que supo imprimir a la Lazio, muchos jugadores se revalorizaron y pudieron ser vendidos por cifras razonables, aliviando un poco una situación dramática. La plantilla fue blindada por el entrenador ante todas las adversidades. Y las hubo, vaya si las hubo. Por cierto, Mancini coincidió en la Lazio con Valter di Salvo. Di Salvo era el preparador físico del primer equipo junto a Ivan Carminati. En la 2003/2004 Carlos Queiroz fichó al primero como preparador físico del Real Madrid. El segundo se convertiría en jefe de los preparadores físicos en el Inter de Mancini.

En su etapa lazial Mancini volvía a salir airoso de una situación comprometidísima, demostrando varias cosas: inteligencia extrema, personalidad para gestionar situaciones al límite de lo soportable, capacidades tácticas muy superiores a la media, versatilidad táctica, visión de futuro y concepto global de lo que debe ser el entrenador del nuevo milenio.Ni las envidias, ni los ataques furibundos de todos los entrenadores provincianos y de los medios pudieron con Mancini, que iba a más y ya estaba considerado el entrenador más prometedor de Italia. El Real Madrid de Florentino Pérez se interesó por Mancini tras el descalabro de Monaco y el final del corto trayecto de Queiroz. Finalmente eligieron a Camacho... no comment.

Pero la hazaña más difícil, el desafío más fascinante para Mancini estaba por llegar: levantar el Inter de Milán. Estamos en el año 2004, y todo el mundo augura a Roberto un breve y desafortunado futuro en una casa de putas como el Inter.

Durante el verano de 2004 Roberto Mancini ficha por el Inter de Milán, y Moratti convierte así en realidad un viejo sueño. Cuando Mancini llega al Inter el panorama es desolador. El club es gestionado de forma absolutamente caótica: infinitas direcciones generales, decenas de cargos sin sentido, todo el mundo opinando y nadie tomándose las responsabilidades; entrenadores de todo tipo que año tras año fracasaban sin remedio (Lippi entre otros, al que le dieron carta blanca). Una problemática plantilla de 40 jugadores malcriados, cuya abundante mitad era pura escoria de variedades y colores para todos los gustos. En fin, una casa de putas en toda regla.

Y sobre todo: 15 años sin ganar un título nacional importante, más de 40 sin un título europeo (las Uefas no me valen), una presión desmedida y los medios increíblemente carroñeros. Ya sabéis, los medios en Italia son casi todos de Berlusconi. 2+2=4. En Milanello siempre luce el sol, en Appiano Gentile (a pocos kilómetros) llueve. ¿Y cómo olvidarnos de los mangoneos de la premiada dupla Galliani (Milan) - Moggi (Juve)? Ésta la situación, sin duda un desafío importante y con el fuerte riesgo de quemarse para siempre.

AÑO 1 - Desde el principio Mancini intenta imponer un estilo futbolistico claro a un equipo que por lo que fuera llevaba desde Trapattoni (1989) sin una identidad específica. Claro, la plantilla era claramente inferior a la de Milan y Juventus. Los comienzos de Mancini fueron buenos, luego la cosa se estancó. Muchisimos empates, demasiados goles en contra... el equipo jugaba bien, era alegre y divertido. La plantilla tenía carencias: posiciones por cubrir, futbolistas importantes muy veteranos y castigados (Vieri, por ejemplo), otros simplemente malísimos (Couthos, Recoba...). Los fichajes de Mancini fueron bastante baratos y dieron resultados inmediatos: Stankovic, Cruz, Burdisso, Favalli, Mihaijlovic (estos dos gratis y de relleno). Los primeros dos siguen siendo jugadores muy importantes para el club. El año acabó entre polémicas, muy típico del Inter. Pese a todo, Mancini ganó la Copa Italia (la tercera como entrenador).

AÑO 2 - Es evidente que se ha hecho un buen trabajo y hay que perfilarlo. Pero nada, los fichajes que llegan son retales: Kili González, Verón, Solari, Figo... chusma veterana. También llegan, ambos pedidos por Mancini, un deprimido Walter Samuel (que volverá a ser colosal) y un desconocido portero brasileño llamado Julio Cesar (gratis). El Inter empieza ganándole la supercopa de Italia a la todopoderosa Juve de Capello. El equipo mejora y adquiere automatismos. Acaba la liga como un tiro, pero sigue habiendo demasiada diferencia de calidad. El inter es tercero. En Champions cae eliminado contra un Villareal muy bien plantado y afortunado. Otra vez el Inter de Mancini gana la Coppa Italia. A finales de año, tras explotar Calciopoli, se le reconce al Inter también el título de campeón de Italia.

AÑO 3 - Mientras el Inter seguía en competición, Moratti había llegado a un acuerdo con el técnico de la Juve, Fabio Capello. La noticia ve luz. Mancini ni se inmuta, a pesar de ser humillado públicamente después de devolverle las victorias (por modestas que fueran) y el juego al Inter. Tras explotar Calciopoli, Moratti se echa atrás y ratifica a Mancini. Finalmente accede a fichar lo que el entrenadorl e pide: un desconocido lateral izquierdo llamado Maxwell (que llevaba meses lesionado y llega del Ajax con carta de libertad), el lateral derecho del Monaco Maicon (6 millones), el mediocentro Vieira (de la Juve) y el delantero sueco Ibraimovic (de la Juve por 24 millones). La temporada empieza bien, con el Inter que gana la Supercopa Italiana por 4-3. De ahí en adelante, puro espectáculo de una maquina de guerra sin rivales. Un equipo físico, capaz de combinar bien, mortal en las jugadas a balón parado. Los rivales sufren para llegar a disparar desde 30 metros. El Inter es un sueño. En Champions las cosas se tuercen. En la eliminatoria contra el Valencia, los jugadores pierden los nervios, Mancini se equivoca planteando un partido con muchos ausentes forzados y no consigue arreglarlo, cayendo eliminados. Es una lección aprendida.. El Inter acaba ganando el scudetto con 97 puntos (¡¡97!!), con 17 victorias consecutivas, una sola derrota y rompiendo todo tipo de record.

AÑO 4 - El nuevo año parece ofrecer más de lo mismo. Los fichajes de Mancini son el versátil Chivu y el veloz delantero Suazo. El interés se centra en la Champions, esta vez toca. En noviembre parece que no hay dios capaz de parar al Inter, y sin embargo a Mancini le quitan meritos. Qué mala es la envidia. El presidente inexplicablemente flirtea con otros entrenadores. El juguete se rompe: las lesiones se suceden, y casi todas son de gravedad. Los dos centrales titulares se rompen los cruzados. Ibrahimovic entra y sale de la enfermería, en la que se quedaría encerrado durante los últimos 3 meses de competición. Vieira, Stankovic, Dacourt y Chivu fuera. Hablamos de 6 o 7 titulares. No hay día sin que a un jugador decisivo le pase algo. Mancini tira de cantera y de suplentes, por malos que sean. Saca un joven prodigio de la cantera: Balotelli. Lo mima, lo cuida, lo hace crecer, le da responsabilidades. El Inter no puede con el Liverpool en Anfield Road, tras jugar 60 minutos con un jugador menos, y resistir gracias a una excepcional fase defensiva. Dos tiros desde fuera (uno rebotado) en los últimos 10 minutos del partido echan al Inter de Europa. Mancini entiende que su presidente, ese que tan rápido se enamora como te echa una patada en el culo le busca relevo. Se filtra que desde antes que empezara la temporada Moratti tiene un acuerdo con Mourinho. El Inter como club se desmorona, incapaz, como de costumbre, de aguantar la presión. Pese a todo y con un equipo que no se queda en pie Mancini se erige en protagonista (a lo Capello), tira de habilidad y blindaje para cumplir el milagro y revalidar el título de liga ante una Roma que pisaba con fuerza. Pero no bastó: Moratti le destituye de mala manera para fichar a Mourinho. Visto desde cerca, y sin saber qué ganará, el portugués no es digno de besarle la suela de los zapatos al italiano.

¿Qué calificación poner a la experiencia interista? Sobresaliente. Mancini rehizo un club entero, dando la cara siempre y erigiéndose en factótum del club. En el Inter hubo un antes y un después de Mancini, muchísimos interistas siguen llorando por su marcha. Casi todos sus fichajes resultaron ser éxitos extraordinarios; dejen que subraye tres casi desconocidos que hoy están entre los mejores del mundo: Maxwell, Maicon, Julio Cesar (ese portero sí que le gustaría al Socio). Tres futbolistas sobre los que se cimenta el Inter de ahora y del futuro. Habría mucho más que contar.

Mancini ha crecido muchísimos en esos cuatro años en el Inter. Cuando eres capaz de demostrar tu habilidad táctica en una liga como la italiana, no hace falta nada más. Me meo de la risa cuando leo que nuestro entrenador tiene que conocer bien la liga Española. Mancini la puede estudiar con gran facilidad, porque es un estratega como la copa de un pino. Seguro que se complementaría bien con Di Salvo, ya que ambos trabajaron juntos. El trabajo físico adquiere un rol importante con Roberto, que además suele tener un cuerpo técnico muy amplio. Cada miembro del staff trabaja una parte del equipo de manera individualizada: uno para la defensa, uno para el centro del campo, otro para el ataque. De la parte técnico/táctica general se ocupa él. Los entrenamientos son exigentes, como con todos los entrenadores italianos. El día del partido se entrena por la mañana (si el encuentro es de noche). Mancini quiere ver a los jugadores bien despiertos, avispados, refrescando conceptos a pocas horas del match. La estrategia asume un rol esencial: el Inter de Mancini desbloqueaba muchísimos partidos a balón parado.

A nivel táctico hablamos de versatilidad. La defensa es de cuatro, con carrileros que suben mucho. Es una novedad, ya que en Italia suelen gustar laterales muy defensivos. La defensa de tres no la probó casi nunca. Arriba casi siempre se juega con dos delanteros, a ser posible que sean potentes (Vieri, Ibra, Cruz, Adriano, Crespo...). El centro del campo es una zona de máxima flexibilidad: rombo, doble pivote, 3 más un enganche. En el Inter jugó durante mucho tiempo con el rombo, luego pasó a 3 jugadores que básicamente ofrecieran equilibrio más un enganche con libertad. Eso sí, una mezcla de mucho físico con gotas de calidad. Eso permitía que los laterales subieran con gran libertad y los delanteros estuvieran frescos para abordar únicamente la fase ofensiva. Cuando el Inter ataca, lo hace en masa, pero con lógica. Si tiene la oportunidad saca sin problemas un mediocampo muy creativo: llegó a jugar durante meses con Verón como 5 (lo que fue Redondo en el Madrid, digamos). Le gustan los mediocentros completos: hizo de Cambiasso un jugador decisivo. Estoy convencido que se enamoraría de Sneijder. A los porteros les exige una cosa: que sepan salir del área y jugar con los pies. Odia los porteros que no salen. Fulminó a todo un mito como Toldo por esta razón, y prefirió a un portero de 37 años (Fontana). Hasta que le ficharon a Julio Cesar, muy atrevido en las salidas y sobresaliente con los pies. Las alineaciones se repiten muy poco. Se cambian jugadores y posiciones según el rival y el partido.

Planteando el partido se parece a Benítez: el estudio del rival es máximo.

Planteando los cambios se parece a Capello: la lectura y la eficacia son muy buenas.

Planteando los movimientos se parece a Lippi: el equipo debe manejar tácticas diferentes y saber ser camaleónico a lo largo del partido. Muchas variables, pues.

Mancini siempre le echa un ojo a la cantera y si ve algo que le gusta lo pone, aunque se trate de un chaval de 16 años. A su disposición tiene ojeadores privados de confianza que le aconsejan jugadores. O son muy buenos los ojeadores, o es muy bueno él; sea como sea, los resultados son fantásticos: dale el mando y confía en él.

Tiene carácter y ningún problema si hay que mandar a alguien a tomar por el culo, por mucho nombre que tenga (vease Figo o Adriano entre otros). El problema de la presión de los medios: si resistió a Mediaset, a casi toda la clase periodística que le odia, a los colegas entrenadores que no lo pueden ver, además de aguantar cuatro años en el Inter, creo que no tendría problemas en el Madrid.

Comunicación: habla con mucha propiedad y capacidad. No levanta nunca la voz. Si te insulta lo hace con tranquilidad y aplomo, así te quedas más contento y parece que te ha dado los buenos días. Cuando te das cuenta del insulto se acabó la rueda de prensa. Si hay que responder no se arruga.

Y voy acabando este trabajo, que tenía que ser bastante más corto. Ya sé que Mancini tiene un importante lunar que es la Champions League. ¡¡Pero tiene 43 años y todas las capacidades de este mundo!! No hay otro entrenador con más futuro, más conocimientos, más talento y mejor currículum siendo tan joven. No hay otro que reúna tantas condiciones positivas. No olvidemos otro detalle: la clase y la elegancia. Este hombre está hecho para sentarse en nuestro banquillo. Sí, sí, ya sé que parecen tonterías, pero se empieza descuidando estas cosas, perdiendo las formas, y se acaba con gente como Camacho, Calderón, Mijatovic... o Schuster, al que sólo le falta poner en orden la cavidad nasal durante el partido. Bueno, ya se lo he visto hacer al bueno de Bernd.

Y otra vez se habla de Wenger, un tío que nos ha rechazado mil veces. ¿Existe un limite de humillaciones? ¿Qué ha hecho Wenger en mil años que lleva entrenando? Tiene casi 60 tacos y sigue ahí, con su tres Premiership de siempre (la última es de hace 4 o 5 años) y sus jóvenes, con los que no se come nunca un colín. Si Wenger fichara por el Madrid lo haría para jubilarse. Ya está bien de Wenger y de humillaciones. Un poco de dignidad. Cada vez que leo el nombre del francés me dan ganas de vomitar. Si hay un entrenador limitado y que odia al Madrid, este es Wenger. Me soprende el amor ciego que le tiene gran parte de la afición madridista. De verdad que no lo entiendo, ni que fuera el mejor entrenador de todos los tiempos.

¿Luego quién? Capello, Lippi, Hitzfeld... pero sobrepasan los 60. ¿En qué nos queremos convertir? Son hombres para poco tiempo. ¿Ancelotti? Es un hombre que no me ilusiona, aunque ha mejorado mucho. Pero digo una cosa: no metamos en nuestra casa a otro milanista. Sólo llevan problemas, en serio. Además, no vendría. ¿Benitez? Sí, pero: ¿vendría? Benitez ya le ha dado mucho al fútbol español. Me gustaría alguien que pudiéramos sentir como nuestro. A Benitez siempre le voy a ver como el ex entrenador del Valencia en España y del Liverpool en Inglaterra.


Lo único que no me convence de Mancini es su inquietante parecido con Luis Casimiro.

Focus, Not Focus


Los Lakers de este año son una apisonadora y parecen haber aprendido la lección de su fiasco en las finales contra los Celtics. Por primera vez un español es capital en un equipo con aspiraciones a todo. Phil Jackson está encantado con Gasol, un tipo al que no necesita motivar con sus típicas artimañas de viejo perro sarnoso. Gaysol se motiva solo, sabe fustigarse cada vez que comete un error para no volver a repetirlo y demuestra que no para de aprender cosas nuevas en cada partido. Pau sigue viviendo su sueño de color púrpura y oro.

Con Bynum ocupando el poste bajo, los angelinos se han convertido en un bastión en el que espectáculo, talento y altura se conjuntan para desafiar a la historia. Aún falta un par de ingredientes: la épica y el hambre de triunfos, lo único en lo que los Celtics fueron capaces de superarles la temporada pasada.

El ego de Kobe descansa placidamente, sin amenazas de ningún tipo, él es la estrella pero sabe que sin sus compañeros no puede llegar a ninguna parte. Su MVP de la temporada pasada fue un bálsamo para su maltrecha conciencia, en la que hacía años que planeaban sombras de aquella final del 2004, cuando volaba de los juzgados a las canchas en busca de un anillo que no hubiera arreglado problemas que solo el tiempo lograría curar.

Odom se ha acostumbrado a salir desde el banquillo, a un rol secundario desde el que parte como favorito para ser el mejor 6º hombre de la liga. Parece estar de vuelta de todo, pero no venderá barato su contrato de agente libre, sabe que el 2009 es el año para ganar el anillo y que después ya habrá tiempo de recuperar el esplendor y protagonismo perdido.

Farmar y Fisher parecen más entonados que nunca, sobre todo el primero, que dejó mucho que desear en los play-offs de hace unos meses. Un buen par de bases es la guinda que necesita el pastel púrpura y oro, para poder desafiar aquel mítico record de los Bulls del 98.

La clave será la defensa y la clave de la defensa es Trevor Ariza, que juega a otra velocidad y sabe secar como nadie a las estrellas del equipo contrario. Ariza es un sucedáneo de Carlitos Jimenez, un señor de los intangibles imprescindible para que un equipo plagado de estrellas funcione, porque pone sobre la mesa el coraje, casta y corazón que muchas veces se echa en falta en el equipo titular de los angelinos.

Temporada apasionante la que nos espera, si las lesiones les respetan, los Lakers están llamados a redimirse en las finales del 2009, seguiremos observándoles desde el otro lado del Atlántico, a la espera de que uno de los nuestros consiga ese anillo que desde hace años tanto se merece.

lunes, diciembre 08, 2008

Cuando todo se va a pique


Bernardo en el fondo no es un mal tipo, puede que incluso no sea un mal entrenador, su único problema es que el banquillo del Madrid le viene grande. Raúl debería tomar las riendas del vestuario y el club, la figura del entrenador-jugador es normal en el fútbol inglés. Hasta mediados de los 90, cracks como Vialli o Gullit entonaban su canto del cisne futbolístico compaginando sus últimos minutos en la hierba con una pizarra que cualquiera que hayamos estado enganchados al pcfutbol podríamos manejar.

El Madrid es una república bananera en la que mangantes de toda calaña conviven con gente normal que mira para otro lado y socios que pagan sus cuotas pero no parecen preocupados por saber en que se gasta su dinero. Con el nuevo milenio el palco del Bernabeu se convirtió en un excelente lugar para hacer negocios, el teatro de los sueños del ladrillo, con el que se construyeron burbujas que parecían destinadas a no explotar jamás.

La crisis financiera, económica, mundial ... como la queramos llamar, es la crisis del Madrid, el equipo merengue es una metáfora del mundo en el que nos ha tocado vivir. Con Capello había que ganar un título por lo civil o por lo criminal, daba igual el cómo o el por qué. Las facturas ya se pagarían en la siguiente ronda, la Champions era una entelequia, ya habíamos ganado demasiadas en la última década, lo único que importaba era mojar cuanto antes y daba igual con quién.

Calderón no es el "Hombre del Plan" sino todo lo contrario, de la tropa de frikis que se presentó a las elecciones, él parecía el menos malo, pero cuesta creer que el resto lo estuvieran haciendo tan mal a estas alturas de la legislatura. ¿De que sirve votar cuando no esta claro como se cuentan los votos y te da la sensación de que sólo puede ganar el más rastrero y mafioso?

El Madrid siempre es noticia, vaya bien o mal consume nuestro tiempo, criticándole o disfrutando con su juego. Sus aristas son infinitas y las sombras que le acechan le conducen inexorablemente a su conversión en sociedad anónima, a que llegue un magnate ruso o árabe para comprarlo y convertirlo en una máquina de gastar dinero sin esencia, valores ni cultura de club.

La culpa no es de Bernardo, es de los que pagan su cuota de socios y no se revelan contra una trayectoria absurda, llena de personajes grotescos, salidos de una película de gangster de serie B, una de esas en las que parece que los malos ganarán, pero al final siempre triunfan los buenos. Seguimos esperando al héroe que nos saque del pozo de la mediocridad.

Hacia la NO Violencia


Ben Kingsley siempre será Gandhi y después de ver la película, para nosotros Gandhi siempre tendrá la cara de Ben Kingsley, pocas veces un actor y un personaje llegaron a semejante grado de simbiosis, todo ello bajo la atenta batuta del maestro Sir Richard Attenborough. Una película para la sobremesa de cualquier festivo, que al final he tenido que ver en DVD, por haber estado siesteando el resto de veces que la echaron.

La primera vez que me hablaron de Gandhi fue en clase de religión, una asignatura en la que hacíamos de todo menos aprender algo útil, pero que sin embargo es de las pocas que me han dejado poso. Con apenas diez años, que te hablen de Gandhi es como que te hablen de los Reyes Magos, cuesta entender sus ideas cuando las tuyas propias navegan en mundos imaginarios en los que nada es demasiado grave y lo único que importa es seguir creciendo sin demasiadas preocupaciones.

El Gandhi de la película es un luchador por los derechos civiles y la libertad. Su originalidad radica en que en lugar de hacer apología del ojo por ojo, nos propone que nos revelemos contra las injusticias a través de la no obediencia, para que no tengamos que utilizar nuestros puños hasta que perdamos nuestra dignidad. En el competitivo mundo que nos ha tocado vivir, si no pegamos primero estamos condenados a recibir más golpes que nadie. Pocas veces se nos recuerda que hay veces en las que la mejor forma de pelear es no hacerlo, lo que no implica quedarnos de brazos cruzados como si no pasara nada.

En su travesía por los lugares más inhóspitos del Imperio Británico, "Ghandi" deambula entre la pura hagiografía y los bocados de realidad, de una realidad grotesca en la que todos estamos implicados: la del racismo y el odio a los que son diferentes. En la historia ha habido demasiadas guerras por religiones, razas, creencias y tópicos que lo único que consiguen es separarnos y aislarnos de un mundo que todos compartimos, pero en el que no nos gusta que nadie invada nuestro terreno.

Ghandi no fue un líder consagrado, nunca tuvo cargos ni riquezas, su fuerza estaba en sus ideas y su única amenaza era la de quitarse de en medio, utilizando dolorosas huelgas de hambre, para hacernos reflexionar sobre la inmensa estupidez del círculo vicioso de la violencia, en el que una vez que se entra, ya es imposible salir sin las manos manchadas.

Muchos son los tiranos que parecieron invencibles y pocos los hombres sencillos que dejaron su legado en forma de palabras inmortales y luchas sin armas, para recordarnos que siempre hay una forma mejor de hacer las cosas, menos dolorosa y mucho más digna.

Corazon de hierro


"Iron Man" no es una película de super héroes al uso, lo que la hace diferente es que bajo el espeso manto de los efectos especiales, se esconden un par de reflexiones sobre la vida y nuestra obligación de no malgastar el tiempo que se nos ha dado en ella.

Robert Downey Jr. es el perfecto Tony Stark: bebedor vividor con más vicios que Mauricio y ninguna preocupación por el mundo que le rodea. Un día todo estalla por los aires y el hilo conductor de la película le convierte en un ser dependiente de su inteligencia, sin ella estará muerto y no tendrá la oportunidad de redimir todos sus pecados, la indiferencia hacia todo lo que le rodea y la posibilidad de recuperar todo lo bueno que le ha quitado al mundo con su fábrica de armas.

Gwyneth es la PA de Tony Stark, topicamente enamorada en secreto de su jefe, dejará su estrellato a un lado para convertirse en una chica del montón, una de esas que te puedes cruzar paseando por las calles de Talavera y que nunca sospecharías que proviene de una potentadísima familia de Hollywood. Tony tardará demasiado en darse cuenta de que Gwyneth es la mujer que le conviene, la única que le puede salvar de su soledad.

Con un malo como Jeff Bridges, es obligado raparle la cabeza para que no nos recuerde al prota del Gran Lebowski. Las luces de neón y los programas por cable nos dan sensación de realidad, en un siglo XXI en el que los malos son terroristas que se esconden en las montañas de Afganistan, a los que seguimos alimentando con nuestras ideas para que sieguen nuestras vidas y justifiquen presupuestos militares desorbitados que pagan las mansiones de los supervillanos que fabrican las armas.

Nunca nos llegamos a creer del todo "Iron Man", pero tampoco hace falta, es necesario que cerremos los ojos por un momento y nos preguntemos que pasaría si pudiéramos volar, si tuviéramos una armadura robótica que nos aislara de todo, si por una noche pudiéramos ser un superheroe y resolver los problemas del mundo, levantándonos a la mañana siguiente, como si no hubiera pasado nada.

domingo, diciembre 07, 2008

Jugador Blanco, Corazón Negro




(Original de Marzo del 2001, sirva como homenaje a Chocolate Blanco el año que anunció su retirada)


El negocio se viene abajo, las audiencias televisivas decrecen por momentos, cada vez hay menos gente en las canchas, el de este año ha sido el All-Star menos seguido de los últimos 20 años.

El panorama es así de desolador, la decadencia de la NBA es un hecho, la liga no ha superado la retirada de Jordan hace dos temporadas. La marcha de MJ coincidió con el cierre patronal que acortó la competición en 30 partidos, la del 99 fue una temporada descafeinada y de la que ya casi nadie se acuerda.

Aquel fue el año en que surgió de la Universidad de Florida un base blanco del que nadie había oído hablar, y al que dieron las riendas de una de las franquicias más prometedoras de la liga: los Sacramento Kings.

Su nombre era familiar a todo el mundo, sonaba igual que el del gran reboteador de los Nets Jayson Williams, solo se diferenciaban en que el del flamante base no llevaba “y”.

Desde el principio el chaval empezó a dar muestras de lo que le diferenciaba del resto, para Jason el baloncesto era una forma de expresar sus emociones y su genialidad artística.

Mucho se habló el año pasado de unas declaraciones del deportivista Djalminha, en las que nombraba a Williams como su fuente de inspiración para realizar esas virguerías que dejan mudo al respetable durante días, y es que el brasileño sabe a quien parecerse.

Mucha gente se pregunta si alguna vez ha habido un jugador tan espectacular en sus pases como Williams, la mayoría diría que no, pero los más viejos del lugar seguro que no han podido olvidar un nombre: “Pistol” Pete Maravich.

Hace unos años vi uno de esos telefilmes baratos que ponen los domingos por la tarde en cualquier cadena. La película en cuestión iba de un chaval de 15 años cuya única obsesión era meter un balón en una canasta.

Su padre era entrenador de universidad y le llevó a entrenar con su equipo. Al principio el chico tuvo que soportar toda clase de insultos y burlas por su juventud, su falta de estatura y además por ser hijo del entrenador.

Pero en la cabeza del chico sólo había una imagen, la del balón entrando en la canasta, el ambiente hostil que le rodeaba no existía para él. Tras muchos avatares, al final el chaval se convertía en el héroe del equipo metiendo la canasta que les daría el título en el último partido.

Era la típica historia enraizada en el sueño americano mezclado con el deporte, la diferencia estaba en que al final apareció el típico cartel de las basadas en hechos reales, en el que se leía que Peter Maravich acabó batiendo records en su etapa universitaria y tuvo una exitosa carrera en la NBA.

Hace 5 años se cumplió el cincuentenario de la NBA, por este motivo se eligió a los 50 mejores jugadores de la liga y se les reunió en el All-Star de Cleveland del año 97.

En el descanso del partido de las estrellas fueron saliendo uno a uno, vistiendo una chaqueta especial para la ocasión, con los colores y el escudo del equipo en que triunfaron, y el número con el que se les recordará siempre.

Solo faltaba uno, Pete había muerto hace años pero sus hijos recibieron la ovación más atronadora de la noche, el baloncesto comenzaba a pagar la deuda que tenía con uno de sus genios más desconocidos.

Hubo quien no pudo reprimir las lágrimas al ver las imágenes de “Pistol” Pete en los 70, con aquellas patillas enormes y ese mostacho, dando pases imposibles por la espalda, entrando a canasta con toda clase de malabarismos, desesperando a su entrenador, surcando la frontera de lo políticamente correcto, flotando por la cancha a la vez que el público saltaba emocionado de sus asientos para aplaudir lo único que de verdad da sentido a una vida: un instante de genialidad.

Los que amamos el baloncesto somos unos privilegiados por poder ver cada semana a Jason Williams haciendo de las suyas sobre el parquet. Es un tipo que jamás deja indiferente, lo mismo ejecuta un picado por la espalda estando solo frente a canasta que tira desde 8 metros como si fuera lo más natural del mundo.

Como todos los genios Williams tiene un carácter difícil, su único amigo en el equipo es Chris Weber, al resto apenas les dirige la palabra. Conocida por todos es su afición al cannabis, y su estética rapada imitando a los raperos que tanto cantan sobre matar policías no sienta nada bien en su familia, ya que su padre y su hermano pertenecen al cuerpo.

Jason es un negro atrapado en el cuerpo de un blanco, pero tampoco cuenta con las simpatías de la comunidad afroamericana, que no ve con buenos ojos que un blanco les imite y además se atreva a vivir con su novia de color en un país en el que el racismo es más que una realidad.

Esperemos que la liga sepa mimar como se merece a este jugador único e irrepetible, un tipo que jamás batirá ningún record y puede que nunca gane un anillo pero al que todos los aficionados al baloncesto deberemos recordar siempre como aquel negro de piel blanca que convertía la realidad en el más espectacular de los sueños.

Pedazos de carne (por John Carlin)


Patrick Vieira, centrocampista francés del Inter de Milán, dijo esta semana que el jugador más duro al que se había enfrentado en su larga carrera era Roy Keane, ídolo de la afición del Manchester United desde su fichaje por una cantidad récord en 1993 hasta que dejó el equipo en 2005.

"Le dabas una patada, y él te la devolvía. Pero no decía nada, y esperaba que tú no dijeras nada tampoco", recordaba Vieira, cuyos encuentros con Keane durante los años en que el francés jugaba para el Arsenal eran casi como un deporte aparte, una lucha de boxeo en paralelo al partido.

Vieira dijo que Keane, también capitán de la selección irlandesa, siempre había sido un tipo "justo". Quizá, pero a veces se pasaba; a veces rozaba la locura. El par de incidentes que tuvo con el jugador noruego Alf Inge Haaland recordaban más a una película de Quentin Tarantino que a las reglas del fair play que en las Islas creen haber patentado.

En septiembre de 1997, a las pocas semanas de ser nombrado capitán del Manchester United, Roy Keane se lesionó gravemente tras una colisión con Haaland, del Leeds United. No pudo volver a jugar hasta la siguiente temporada, pero lo que sí hizo, como confesaría después en su autobiografía, fue acariciar fantasías de venganza. Se la tomó, no un año, sino cuatro después. Al comienzo de un partido en abril de 2001 le hizo una entrada brutal a Haaland, de manera absolutamente premeditada, a la altura de la rodilla. Keane recibió la roja, fue suspendido durante cinco partidos, y multado con 200.000 euros; Haaland dejó el campo en camilla. Menos de un año después, incapaz de recuperarse de su lesión, se jubiló.

Por esto, y mucho más, cuesta un poco sentir pena por Keane, que hoy vive sus horas más bajas. Dimitió el jueves como entrenador del Sunderland, cargo que había ocupado durante 27 meses. Se fue abatido, deprimido, confuso, hundido. Siempre había sido un hombre que se jactaba de dar la cara, de ser el tipo duro y silencioso, el Clint Eastwood de los terrenos de fútbol. Pero le comunicó su renuncia al presidente del club no cara a cara, ni siquiera por teléfono, sino por mensaje de texto. Y esto después de cuatro días en los que estuvo desaparecido. Cuando el Sunderland perdió 1-4 en casa contra el Bolton el sábado pasado (la séptima derrota en ocho partidos), Keane hizo unas declaraciones tan raras que uno podría haberse imaginado que estaba contemplando el suicidio, o recitando unas líneas del dramaturgo surrealista Samuel Beckett. "Sólo hay una persona a la que se puede culpar... Y esa persona soy yo", dijo. "Mira siempre al hombre en el espejo. Eso es lo que haré esta noche".

Y se quedó haciéndolo hasta el jueves, cuando el gran gladiador del fútbol inglés tiró la toalla. No estaba nada claro que lo fueran a echar. Todavía no, por lo menos. Su trayectoria había sido buena. Llevó al Sunderland de la Segunda División a la Premier en su primera temporada; en la segunda logró el objetivo de consolidar la permanencia del club en la más alta categoría; y ahora, en su tercera temporada, había bajado a la zona de descenso, pero quedaba mucho campeonato por delante.

Si decidió irse por voluntad propia, fue porque su orgullo no soportaba que lo echaran. Una vez declaró, tras la venta de su compañero del Manchester Jaap Stam al Lazio, que los clubes trataban a los jugadores como pedazos de carne. Tratan a los entrenadores igual. Tratan a todos igual. Así es la vida y después, como podría haber dicho Woody Allen, la carne muere. Keane era duro en el campo pero fuera de él acabó mirándose un día en el espejo y lo que vio fue un mortal frágil y fracasado.

sábado, diciembre 06, 2008

Revelry



What a night for a dance,
you know, i'm a dancing machine
put the fire in my bones
with the sweet taste of kerosene

i get lost in the lights(?),
so high, i don't want to come down
to face the loss of the good thing that i found

woo hoo hoo
woo hoo hoo

in the dark of the night
i can hear you calling my name
with the hardest of hearts
i still feel full of pain

so i drink and i smoke
and i ask
if you're ever around
even though it was me
who drove us right in the ground

see, the time we shared
it was precious to me
all the while i was dreaming of revelry

on a run, baby, run
like a steam down a mountainside
with the wind in my back
i don't ever even bat an eye
just know it was you all along
who had a hole in my heart
but the demon in me
was the best of friends from the start

so the time we shared
it was precious to me
all a while i was dreaming of revelry
dreaming of revelry

and i told myself
for the way you go
it rained so hard
it felt like snow
everything came
a' tumbling down on me
in the back of the woods
in dark of the night
careless, --(?), your moonlight
everything just felt so empty
dreaming of revelry

Lady Halcón



Philippa Brown es una orgullosa Kiwi de 27 años y el máximo exponente de la música All Black. Si alguien recuerda algún otro grupo o artista neozelandés que lo diga. Su música bebe de las fuentes ochenteras y da la sensación de sumirse en el túnel del tiempo, con nostalgia y sensación de deja .

En su infancia a Pipa se le diagnosticó un trastorno cercano al autismo que condicionó para siempre su relación con el mundo exterior y que la acabaría convirtiendo en una artista diferente, especial por rara. En la música no hay nada nuevo, las referencias e inspiraciones vienen siendo las mismas desde hace décadas, la gracia está en copiar haciendo creer que se está haciendo algo diferente.

Los telefilmes baratos marcaron nuestra niñez y la de Philippa, los sintetizadores marcaban el ritmo de un Rocky en busca de su siguiente desafío con el mundo. No se si llegamos a aprender algo de todo ese cine de sobremesa que vimos, las hombreras desaparecieron y las americanas blancas de Sonny Crockett dieron paso a una década de los 90 en la que seríamos ligeramente menos felices, la adolescencia nos esperaba a la vuelta de la esquina.

Evolucionar sin renunciar a nuestra esencia es complicado, sobre todo si casi todo sigue siendo igual o muy parecido. Hay ocasiones en las que se impone cortar por lo sano, irte al otro lado del mundo y probar suerte. Al principio lo pasas mal, no conoces a nadie, pero si eres medio autista, eso no importa demasiado. De sus periplos por las otras islas de la Commonwealth, surgió una nueva Felipa, que echaría a volar para siempre con el nombre de Ladyhawke.

Su canción "Crazy World" podría ser la banda sonora perfecta para los días inciertos que vivimos ahora. Sumidos en una crisis mundial de dimensiones bíblicas, lo único que nos queda es refugiarnos en la música, en esa que nos recuerda que el mundo está todavía más loco que nosotros y que no descansaremos hasta encontrar la última inquietud, esa que nos haga hundirnos y nos reflote como ese corcho que siempre supimos que eramos, pero que nunca nos atrevimos a aceptar como parte de nuestra naturaleza.

Acepta lo bueno


"Si me casara con ella, sería como si mi mejor amigo nunca hubiera existido"


"Cosas que perdimos en el fuego" es una historia sobre como seguir adelante cuando pierdes lo que más quieres y ya no te queda casi nada a lo que aferrarte. Una cinta en la línea de "21 Gramos" pero con algo menos de metafísica y algo más de esperanza.

Halle Berry es la criatura más bella que te puedes encontrar en una pantalla de cine, sus movimientos y palabras siempre transmiten serenidad y fortaleza a la vez. Hace años que superó su estela de sex symbol para demostrar lo buena actriz que puede ser, cuando los papeles que la ofrecen están a la altura de su talento. Esta vez se enfrenta a su reto más difícil desde "Monster Ball", un personaje destrozado por la tragedia, que tiene que aprender a vivir de nuevo, asumiendo todo lo que perdió en el fuego.

Benicio tiene en la cara las cicatrices de mil palizas, las ojeras de cientos de noches sin dormir, mirando al techo y preguntándose qué es lo que hizo mal. Lo único que tenía Benicio era un amigo, el único que se acordaba de su cumpleaños, el único que no le abandonó cuando su mundo se vino abajo. El día que perdió a su amigo, a Benicio se le acabaron las razones para seguir viviendo, pero su amigo siguió guiándole, de una forma que nunca hubiera imaginado.

Cuando estas en el hoyo, buscas esa sensación de la primera vez, esa que ya nunca volverá. No la encuentras porque se desvaneció entre el humo de tus recuerdos. Cuando la neblina se despeja, si te esfuerzas lo suficiente, puedes encontrar un poco de paz, una segunda oportunidad y la promesa de una tercera, si esta vez la vuelves a cagar.

En "Cosas que perdimos en el fuego" hay lugar para la esperanza, sin edulcorantes, la esperanza de que mañana el sol vuelva otra vez a salir, aunque vivas en la Ciudad de la Lluvia. Castigados por el destino, sus personajes aprenden que dentro de una, puede haber otras muchas vidas, que
cuando muere una persona otra se puede estar salvando, que tenemos la obligación de aceptar lo malo, porque es lo único que de verdad nos hace merecedores de lo bueno.