miércoles, noviembre 29, 2006

Progre a medio trasnochar


Cada noche El Gran Wyoming reparte cerita a eso de las 9 de la noche en la Sexta, su programa “El Intermedio” ayuda a superar la ausencia de los guiñoles o cualquier otro desahogo mediático. Ahora que se vuelve a poner de moda la máquina de la verdad, es bueno que en la tele haya gente que la reventaría a patadas.

En "El Intermedio" el Guayo se dedica a reírse de todo lo que se ponga a tiro, sin importar ideologías, religiones o color de la sangre. No se respeta a nada ni a nadie y siempre reserva alguna bala para todos aquellos estamentos o personas que representan la cara más reaccionaria de esa España que nos vio nacer.

Hay secciones que se repiten cada día: “Lo que España vota va a misa”, repaso de la actualidad más surrealista, entrevista a un famoso en promoción… Y a parte de eso, alguna sección itinerante, como "el Corruptómetro" (de 100 veces 99 dedicada a Paco el Pocero), conexiones en directo o misterios varios.

Esta vez, en lugar de rodearse de varones, el Guayo ha fichado a cuatro mujeres, algunas de ellas de muy buen ver (Beatriz Montáñez y Cristina Peña) y otras pasables (Thais Villa y Yolanda Serrano). El resultado es una estética tipo Robert Palmer, en la que el Gran se siente como pez en el agua haciendo chascarrillos sobre su supuesto sex appeal.

El Intermedio, uno de esos programas a fondo perdido que la Sexta se permite el lujo de emitir a diario. Después del batacazo de su azotea y para evitar que algún día solo se le recuerde por CQC, el Gran Wyoming nos hace partirnos la caja a diario, mientras los demás se toman en serio la vida.

domingo, noviembre 26, 2006

Aquel verano (I)


En una Málaga pasada y atemporal se situa la historia de “El Camino de los Ingleses”, antes que una película de Banderas, una novela de Antonio Soler.

El paso de la adolescencia a la madurez, dirían algunos… el verano que nos cambio para siempre. A escasos kilómetros de la Nerja de Chanquete y “Verano Azul”, unos muchachos al borde de la mayoría de edad van a la piscina, se enamoran, ríen, beben y sobre todo sueñan con un futuro lleno de posibilidades.

Como libro es un tanto irregular, pero contiene momentos muy brillantes, en los que puedes llegar a sentirte muy identificado: la derrota, el triunfo, los amigos, la envidia, el miedo, amores imposibles que se hacen realidad y desvanecen con la misma facilidad, esa dignidad del que busca mirar a la cara a los demás a toda costa.

Miguelito Dávila, Luli Gigante, la Cuerpo, el Babirusa, Paco Frontón, Moratalla, el Garganta … Soler construye un universo propio, plagado de personajes reales o que podrían serlo, de esos que todos hemos conocido alguna vez.

Dante y su “Divina Comedia” son la tabla de salvación de un mundo gris, un libro capaz de dar esperanzas a un moribundo, que sueña con ver las danzas de su diosa de la misma forma que Carlito observaba bailar a Gayle bajo la lluvia, con los ojos del que sabe que todo aquello es demasiado perfecto para poder durar.

Al final todo se reduce a realismo mágico a la española, el tiempo es todo lo que nos queda, los recuerdos de una etapa pasada, nuestros sueños y lo que siempre quisimos ser, sin atrevernos a perseguirlo como si fuera lo único que tuvieramos.

sábado, noviembre 25, 2006

Santas


Después de cinco años sin dirigirse la palabra, las All Saints vuelven a la carga con la intención de demostrar que siguen vivas y pueden recuperar la notoriedad que tuvieron en aquellos tiempos en que el Brit Pop no era solo cosa de hombres y hasta se oían canciones de las Spice Girls en los garitos.

Su nuevo disco “Studio 1” está cargado de influencias reggae y ska, además del sonido de siempre, el que las hizo populares y no abandonaran nunca. A parte de música las “All Saints” venden imagen, la de niñas malas con nombre de niñas buenas, incluyendo coqueteos con enfants terribles del Brit Pop como Robbie Williams o Liam Gallagher … Divas a las que puede que se les haya pasado el arroz, preguntándose si todavía son capaces de vender discos.

En unos tiempos en que Internet manda, las All Saints no aparecen ni entre los 100 más vendidos del Amazon inglés en la semana de lanzamiento de su nuevo disco. En el último lustro han surgido grupos de chicas más jóvenes y potentes que han hecho que la gente no las echara de menos y algunas de sus rivales en aquellos años han mantenido el tipo, con mayor o menor fortuna, mientras ellas disfrutaban de los placeres de la vida.

A finales de los 90 y principios del milenio, las All Saints nos regalaron algunas canciones pegadizas que ilustran aquellos años de universidad, las fiestas en facultades, escuelas y colegios mayores, los viajes en la línea circular y unos días en los que solo nos preocupaba mantener el tipo en época de exámenes y, sobre todo, conocer un buen puñado de chicas guapas, como ellas.

miércoles, noviembre 22, 2006

Hasta siempre Bob


El lunes nos dejó Bob Altman, el genio de las películas corales, el maestro de las "Vidas Cruzadas", un tipo que llevaba medio siglo haciendo cine sin bajarse los pantalones ante nada ni nadie, sin duda le echaremos de menos.

Soy un enamorado de esas películas con infinidad de personajes en las que al principio nada tienen que ver unos con otros y en las que al final todas las piezas encajan, como si de un rompecabezas de celuloide se tratara.

Sin "Vidas Cruzadas" no hubiera habido "Magnolia" o "Crash", sin Altman el cine de hoy no sería el mismo. Siempre nos quedara su referente indomable: un relámpago en mitad de las tinieblas en las que transita el cine actual, un latigazo en el trasero de una industria que cada vez se acerca más a la producción en cadena.

Después de cinco nominaciones - sin premio - al Oscar a la mejor dirección, este mismo año le concedieron uno de esos vergonzosos Oscars honoríficos, una estatuilla que le venía pequeña. El mejor homenaje que le podemos tributar es ver cada poco tiempo sus películas, sabemos que donde quiera que esté, el viejo zorro torcerá el gesto con esa media sonrisa del que lo sabe todo sobre cine.

domingo, noviembre 19, 2006

Ese rojo objeto de deseo


Hay gente que odia y gente que ama “American Beauty”, a nadie deja indiferente. La imagen más recurrente de esta película es la de Mena Suvari bañándose en pétalos de rosa, lo que poca gente sabe es que esta mujer es otra hija del 79.

Después de la película de Sam Mendes, con la que consiguió hasta una nominación a los BAFTA, todo el mundo pensaba que la Suvari era una de las actrices más prometedoras de la generación Y, de momento, su estrella se ha ido diluyendo poco a poco.

Su exótico nombre y rostro son fruto de un cocktail de ascendencias estonias, griegas y egipcias. Rubia natural y de escasa estatura, se trata de una de esas niñas que empiezan haciendo anuncios porque son fáciles de identificar con el americano medio, al menos entre los miembros de la etnia WASP.

Entre sus dudosos honores esta el de haber sido nombrada la actriz más patriótica, después de participar en el triplete “American Pie”, “American Beauty” y “American Virgin”. De está última no sé gran cosa, la del pastel onanista me hizo gracia, no tiene nada original, pero es de esa clase de películas que puedes ver una y otra vez sin llegar a cansarte, en ella la Suvari tenía un papel algo secundario e iba de niña buena, nada que ver con la animadora vampiresa con la que saltó a la fama.

“American Beauty” es una película difícil de digerir en la que nadie es lo que parece, el personaje de Mena Suvari es fundamental en esta historia, en la que vemos el otro lado del espejo de esas civilizaciones con mucho árbol y casas clones. Al final todo se resume en una bolsa de plástico zarandeada por el viento y una deseable actriz pidiendo una nueva oportunidad para demostrar su talento.

sábado, noviembre 18, 2006

Memorial Pancho Puskas


Ayer se nos fue la mejor zurda de la historia del fútbol mundial: el grandísimo Pancho Puskas. En un tiempo en el que el Madrid y la selección atraviesan serios problemas de identidad, recordar a tipos como Puskas es más necesario que nunca.

El húngaro escapó del comunismo para ser una estrella en la España franquista, su figura oronda engañaba a todos aquellos que pensaban que para triunfar un futbolista tenía que ser una sílfide y hartarse de correr. Puskas era otra cosa: talento en estado puro e instinto de supervivencia hecho gol.

Cualquier niño oye alguna vez hablar de Pelé, Cruyff, Di Stefano o Maradona; supongo que la primera vez que oí hablar de Puskas fue repasando la historia del Madrid en tiempos de Valdano. Él siempre fue un rey sin corona o sin Mundial, el representante de un fútbol de posguerra en el que tipos que se criaron rodeados de penurias salían a jugar al campo como si la vida les fuera en ello.

El fútbol permitió a Puskas escapar de Hungría, una tierra que nunca olvidaría y a la que volvió cuando cayó el muro, para regalarle un poco de la magia que siempre tuvo. Los que le conocieron dicen que siempre lo dio todo, llegando al punto de arruinarse. El destino le tenía guardado un último partido, después de seis años olvidando una vida cargada de éxitos, ayer nos dejó Pancho Puskas: genial jugador y mejor persona.

martes, noviembre 14, 2006

Un fin de semana en el jardín del bien y del mal


Cuando tenía unos cuatro años, en mi casa había dos teles, una pequeña en blanco y negro y la mítica y grande Philips de color a la que acudía cada tarde a ver Barrio Sésamo. No voy a seguir por este camino, para que esto no derive en un plagio de "Espinete no existe".

El centro de desarrollo de Philips en Eindhoven es el paraíso de cualquier ingeniero que se precie de serlo. Rodeado de árboles y lagos, mirar por la ventana en un día de sol relaja la vista y la mente. Seguramente cualquier trabajador allí acabaría pegándose un tiro si tuviera que trabajar de continuo en uno de tantos zulos en los que algunas empresas españolas hacinan a sus empleados.

Es inevitable acordarte de Gullit, Koeman o Hiddink cuando pasas por Eindhoven; sin olvidar la gesta europea del Sevilla este mismo año. A parte del fútbol y la electrónica, no hay gran cosa por allí: mucha bici y una universidad pública que sirve de cantera intelectual a la ciudad y al país.

Utretch me suena a álbum de cromos de Italia 90, no sabría decir si es el nombre de donde nació o el equipo en el que jugaba alguien de aquella otra Naranja Mecánica que se estrelló en el mundial trasalpino. Allí tampoco parece que haya mucho que hacer, su mayor merito es estar a media hora de Ámsterdam.

Ámsterdam es la ciudad europea del vicio, una suerte de Las Vegas en la que en lugar de Casinos hay coffeeshops y el Barrio Rojo sustituye a los habituales espectáculos de artistas ilustres. Noviembre en la Venecia del Norte es frío y con lluvia intermitente, la humedad se te cuela hasta el tuétano y hace que eches de menos tierras más templadas.

Las calles forman una colmena indescifrable en la que unos nombres impronunciables hacen que te pierdas una y otra vez, acabando frente a otro de esos coffeeshops que te recuerdan que eres de beber y que el alcohol es la única sustancia psicotrópica que te interesa meterte en el cuerpo.

En el Ámsterdam Arena te venden un poco de la magia de la mejor cantera de Europa, retazos de un pasado que fue glorioso y un presente incierto. Una vez allí, te preguntas en que portería metió Mijatovic el gol que nos liberó de una vez por todas de nuestra vitola de perdedores. El espíritu de los Van Basten, Cruyff, Bergkamp, Laudrup o Van´t Schip habita entre sus paredes, aunque no llegaran a jugar allí jamás.

Heineken es la cerveza que nos ponen en Jarra&Pipa, sabemos que no es la mejor que hay, pero nos gusta beberla acompañada de panchitos, olivas o lo que sea. Heineken Experience es su fábrica-museo, en la que te dan tres birras y un regalo. No hay nada nuevo por allí, pero sirve para echar un buen rato con los Muchachos.

El Barrio Rojo es una de las principales atracciones turísticas de Ámsterdam, allí cada noche cientos de personas pasean viendo a mujeres que venden su cuerpo detrás de escaparates. Algunas son espectaculares y otras rozan la sordidez. Una vez que la miras es imposible olvidar los ojos secos de la “Eugenia Silva del Wallen”, que desde la puerta de su sótano acristalado te pide a gritos que la saques de aquel mundo o que al menos la liberes de su furor uterino.

Los museos son sitios en los que descubres que Van Gogh fue un artista autodidacta que pintaba para dejar un legado a la humanidad y que consiguió convertirse en inmortal. Se echan de menos más claroscuros de Rembrandt mientras paseas entre los canales, acordándote de las góndolas de la Venecia del Sur.

Ámsterdam es un gran sitio para perderse un fin de semana, respirando la libertad a grandes bocanadas, allí el cielo parece más verde y el césped más azul.

domingo, noviembre 05, 2006

Tiempo de Miller, Tiempo de Killers


Los Killers son el grupo del momento, su nuevo disco “Sam’s Town” está fabricado para gustar y es obligatorio escucharlo al menos una vez. La banda originaria de Las Vegas ha asumido su responsabilidad lúdica: desde el mayor patrio de recreo y vicio del mundo vienen repartiendo rock del bueno.

Cuando escuchas un par de veces “When You Were Young” no puedes quitártela de la cabeza, este es solo el primer single y uno de los muchos himnos que contiene este disco. Con su segundo trabajo han conseguido superar con creces “Hot Fuss”, su debut, que ya contenía canciones imprescindibles como “Mr. Brigthside”, “Jenny Was a Friend of Mine” o “Somebody Told Me”.

Los productores de “Sam’s Town” son Flood y Alan Moulder, que anteriormente habían combinado su talento como U2 y Smashing Pumpkins. Las comparaciones con los irlandeses son inevitables, hoy por hoy los Killers son los más firmes aspirantes a arrebatarles su eterno trono de grupo llenaestadios que gusta a todo el mundo.

Brandon Flowers es el líder y vocalista de la banda, su batuta se deja sentir en todo el disco, en el que han dejado atrás las influencias anglófilas de gente como New Order, Duran Duran o Pulp para seguir la estela de Springsteen y el grupo de Bono.

Esta vez los Killers se han tomado más en serio a sí mismos y han conseguido un disco cargado de épica y trascendencia, tan válido para la banda sonora de una Road Movie como para ambientar una noche de borrachera culminada en cualquier local de strip-tease de su ciudad natal.

El video de “Bones”, el que será su segundo single, es obra de Tim Burton, lo que deja bien a las claras que estos tipos van en serio y para ello no dudan en recurrir a un maestro del cine para tomar prestado su personalísimo universo, repleto de esqueletos, oscuridad y amores góticos.

“This River Is Wild” es la mejor canción del mejor disco del año, otro himno lleno se solemnidad y a la vez un corte de mangas en la jeta de todos aquellos que alguna vez no creyeron en ellos. Esperamos con impaciencia que vengan a tocar a Madrid: tienen las puertas del Palacio bien abiertas y en unos años, las del Calderón. Es tiempo de Killers.

miércoles, noviembre 01, 2006

Tocala otra vez, Marti


Con cinco nominaciones a los Oscars, Scorsese es sin duda el director no premiado que más se merece la estatuilla, con su última película “Infiltrados” aspira a pelear el galardón una vez más y evitar la vergonzante imagen que sería verle recoger el Oscar honorífico sin haber ganado nunca uno de verdad.

Con “Infiltrados”, el maestro Scorsese vuelve a lo que mejor sabe hacer: las pelis de mafiosos, cambiando las malas calles neoyorquinas por los suburbios bostonianos y a la Cosa Nostra italiana por la mafia irlandesa, católicos todos al fin y al cabo.

El día que Marti decidió que su actor fetiche sería Di Caprio en lugar de De Niro empecé a replantearme si merecía la pena seguir viendo sus películas. Leo es un tipo cargante que lleva ya tres películas seguidas con Scorsese (tiene apalabrada una cuarta), pero por una vez, he de reconocer que en “Infiltrados” lo hace bien. Supongo que como en “Vida de este chico”, el hecho de que le den estopa le hace más soportable.

El estilo visual trepidante de Scorsese, al que nos tenía tan bien acostumbrados con “Uno de los Nuestros” y “Casino”, es uno de los grandes alicientes de la cinta. La violencia, la sangre y los personajes al límite son marca de la casa y se los echaba mucho de menos en sus últimas películas.

A sus 64 años, el maestro sigue en plena forma y amenaza con morir con las botas puestas. Ante todo es un cinéfilo que se lo pasa de lujo haciendo cine, sobre todo si tiene que dirigir a tipos como Jack Nicholson, que en esta interpreta a un capo pasado de revoluciones, recordando por momentos a su personaje de Joker en la primera de “Batman”.

Matt Damon, Mark Wahlberg, Martin Sheen, Alec Baldwin … ¿quién no quiere trabajar con Scorsese en una de gangsters? El reparto es un lujo y otro de los protagonistas es Boston, esa ciudad tan muchachesca que esconde rincones recónditos aptos para el crimen organizado. Conviene no perder de vista durante el metraje la cúpula dorada de la Casa del Estado de Massachusetts, símbolo de la democrática hipocresía americana.

Me quedo con algunas de las frases dogmáticas que el personaje de Jack Nicholson se marca al principio de la cinta: “Nadie te da nada, tienes que cogerlo”. Que bueno es cuando un grande del cine se da cuenta de que lo mejor que puede hacer es lo que mejor sabe hacer: Dale duro Marti.