viernes, agosto 15, 2008

Con el debido respeto


Mark Winegardner se ha ganado la vida rellenando agujeros en la mejor trilogía de la historia del cine. Más allá de su discutible calidad literaria, hay que leer "El Padrino - El Regreso" y "El Padrino - La Venganza", porque la mera evocación de los personajes de los dos primeros Padrinos, merece que gastemos nuestro tiempo y dinero en ellos.

Los dos libros se sitúan entre la segunda y la tercera entrega de la saga, cubriendo los vacíos y preguntas que a todos nos surgían con "El Padrino III": ¿Qué paso con Tom Hagen? ¿Qué fue de los hijos de Sonny? No quería Michael dejar de ser un mafioso y convertirse en un millonario corriente ¿qué fue lo que se lo impidió?

La leyenda urbana dice que "El Padrino" es uno de los pocos casos en que la película es mejor que el libro, pero esta afirmación es poco más que una patraña. El libro original también es excelente, sabemos que Mario Puzo no fue uno de los mejores escritores o guionistas de la historia, pero si que era el mejor creando mafiosos creíbles. En sus historias todo era extremadamente real, como si todo encajara en una perfecta no ficción.

El Padrino I y II son las mejores películas de la historia del cine y sin ellas el séptimo arte se hubiera convertido treinta años antes en la bazofia que es hoy en día, en la que tenemos que recurrir a un puñado de series magistrales y media docena de películas memorables cada año, para no caer fulminados por la nostalgia de un arte condenado a la decadencia.

Como en el libro de Puzo, Johnny Fontane es uno de los personajes capitales que es ninguneado en las películas. Nick Geraci es el "desconocido" que más aparece en los libros de Winegardner, el tipo que liquidó a Tessio, llamado a ser la mano derecha de Michael y que acabará plantándose ante él.

Nunca echaremos lo suficiente de menos a Tom Hagen en la tercera del Padrino. La gran cagada de Coppola no fue colar a su hija Sofia como protagonista femenina, sino no contar con el inmenso Robert Duvall (probablemente el mejor secundario de la historia del cine). El bueno de Winegardner nos contará en "La Venganza" el por qué de su ausencia en el colofón de la saga.

Más allá de las teorías conspiratorias y de inventarse a un sosías de la familia Kennedy, Winegardner logra con sus libros llenar un poco el vacío de los adictos a una saga que, afortunadamente, nunca tendrá la relevancia mediática inducida por el beneplácito del frikismo y, por tanto, siempre contará con el respeto de propios y extraños: Son sólo negocios, nada personal.

1 comentario:

zerep79 dijo...

En el libro de Larry Grobel "Conversaciones con Al Pacino" el gran Alfredo nombre hasta tres las razones por las que El Padrino III se quedó en un quiero y no puedo:
1.- La ausencia de Tom Haggen.
2.- La elección de Soffia Coppola por la renuncia de Winona Ryder.
3.- El pelo que lucía Michael Corleone.
Pero a mi, la última escena en la escalinata del teatro con ese grito silencioso, me sigue conmoviendo de forma descomunal.