jueves, diciembre 11, 2008

Regreso a los 90



A medida que nos vamos alejando de los años 90, la gente se va dando cuenta de algunas cuantas obras indispensables de la época a las que la crítica les dio un trato más bien injusto. Por ejemplo, a los discos de Lemonheads, cuyos buenos trabajos (y tienen al menos tres) puntuaron bien alto entre la facción pop. Vale, no sonaban a cascarria (que era la moda), ni tampoco tenían nada de electrónico (que también fue otra moda), ni por supuesto, llevaron ningún sello grunge. Así que sólo contaron con la imagen de su líder, el guapo pero bastante cabeza loca Evan Dando, y con sus canciones para defenderse.

Y así no se podía. Porque, al final, en esa época casi parecía que lo de menos era la música. Se maltrataban injustamente a buenísimos grupos de pop simplemente porque no servían para una supuesta revolución sonora que nunca llegaba. O porque se adoptaban posturas clasicistas a la hora de producir los discos, en vez de optar por lo extraño, lo sucio o lo directamente feo.

Evan Dando, pese a estar más interesado en salir en portadas de revistas que en hacer canciones, tenía y tiene talento. Deseaba tanto ser estrella el pop que caía mal a los críticos y a cualquier aficionado que estuviese harto de egos y chorradas varias. Pero tenía el don de hacer canciones obvias y vestirlas con trapos diferentes. Tenía el gusto por la melodía infalible. Y una chispa indudable para inundar de melancolía vitalista (sí, es posible) casi todo lo que tocaba con una guitarra. Además, daba al powerpop una dosis de guitarrazos suficiente como para que cupiese en la ambigua etiqueta de lo 'alternativo'.

It´s a Shame About Ray, reeditado por Rhino en una edición de coleccionista que muestra desnudas algunas de sus canciones más importantes, que pone mucho interés en la parte audiovisual del asunto, es un discos imprescindible para los amantes del pop con guitarras. Mucho más imprescindible que la mayoría de los que hoy nos venden. Ríndete al pasado y descubre un clásico de los de verdad. De los que no podrás dejar de escuchar.

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