martes, enero 02, 2007

Segundo Premio


Sentado esperando a que llames… la música de los Planetas se clavaba en mi inconsciente, convirtiéndome en un individuo emocionalmente rencoroso, que jamás perdonaría una infidelidad, ni a un “amigo” que se atreviera a cruzarse en su camino cuando hubiera una mujer de por medio.

Aquellas letras espetadas con vocalización dispersa hablaban de mujeres malvadas que abusaban de tipos buenos, que no tenían más remedio que odiarlas el resto de sus vidas. Aquellos sicilianos de Granada clamaban ¡Vendetta!, a la vez que elevaban a Mendieta a la categoría de crack mediático.

Tiempos oscuros de la mano de unos indies sin postal, unos eternos inconformistas que alguna vez llegaron a sonar en los 40, mientras soñaban con prenderle fuego a la academia de Operación Triunfo, con todos los concursantes dentro.

¿Habría que dejarse pelo polla en la cabeza para poder ser un digno seguidor de este grupo? Yo sospechaba que no, que bastaba con que te hiciera gracia su música y de vez en cuando encontraras sentido a sus letras, pero tal vez estuviera equivocado y existiera una mística planetaria en la que algún chamán antimadridista te tenía que iniciar, a través de la ingestión masiva de farlopa.

Me llegaban versiones contradictorias sobre su tierra: mientras los granaínos hablaban maravillas de su casa y a la cara nadie se atrevía a contradecirles, a lo lejos se oían voces que rajaban hasta la saciedad y que escupían en sus carreteras. Era algo que tendría que descubrir por mi mismo, aunque de momento lo iba a dejar correr.

Su leyenda permanecía viva durante décadas, los más viejos del lugar recordaban los tiempos en que solo eran una promesa del pop español para luego convertirse en un grupo de culto, con miles de fans que acudían en peregrinación a la FNAC a comprarse su último disco, sin plantearse siquiera bajárselo de Internet o adquirirlo en el top manta.

1 de abril del 2014, un Palacio de los Deportes a rebosar recibe entre vítores a los Planetas, teloneros esta noche de los míticos Smashing Pumpkins, de los que ya solo quedan Corgan y la sombra de Jimmy Chamberlin. Para la ocasión, Jota se ha rapado la cabeza y se ha puesto una sotana, lástima que esta fuera la estética del grupo hace 15 años. Las Calabazas se cruzan con los Planetas entre bambalinas. ¿Hace falta que toquemos algo juntos? Dice alguien entre risas. Es solo música, nada personal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Algunos proscritos hemos sentido calmada nuestra angustia gracias a la facilidad planetaria para hacernos convivir con nuestros fantasmas y rencores. El señor Davide propone la mejor combinación musical posible en este mundo que nos ha tocado vivir. Calabazas y Planetas. Lo único lleva a lo otro, que diría el maestro. Grande también ese relato de nuevo año, más vigente ahora que cuando se escribió.