domingo, diciembre 03, 2006

Viejos Rockeros


Cada domingo, John Carlin nos regala en su artículo de El País un poco de su sabiduría sobre el fútbol del país que inventó el fútbol. Hace unas semanas le dedicó unas líneas al resurgimiento de los Fergie Boys, o lo que queda de ellos.

En el artículo Carlin hablaba de que tras la marcha de Beckham al Madrid, algunos de sus compañeros no podían disimular su envidia cuando le veían triunfando en tierras merengues. Lo de triunfando supongo que sería en aquellos primeros meses en los que tanto se hablaba de las infinitas cualidades y capacidad de sacrificio de la rubia máquina de hacer dinero.

La compra del United por el magnate Glazer y la retirada definitiva de Roy Keane hacían presagiar tiempos difíciles para los Diablos Rojos, hasta Vodafone decidió darles la espalda por el escaso tirón comercial de un equipo que lo había sido todo en eso del merchandising.

Hace unos meses paseando por Lisboa me topé con cientos de aficionados ingleses que lucían una extraña camiseta roja, las letras AIG se leían claramente y un escudo blanco adornaba la pechera. Esa zamarra me trajo viejos recuerdos de otras en las que se podía ver sobreimpresionado el Teatro de los Sueños, en unos tiempos en que el United se paseaba por las islas con una panda de talentosos muchachos de los que ya solo quedan en el equipo Gary Neville, Paul Scholes y Ryan Giggs.

Cual ave fénix que resurge de sus cenizas, estos tres viejos roqueros le han plantado cara este año a la aburrida supremacía del Chelsea de Mourinho y los billones de Abramovich. La magia de Scholes y las galopadas por la banda de Giggs marcan el tempo de una nueva generación de discípulos de Alex Ferguson, que al fin pueden mirar al pasado sin sentir vergüenza de su presente.

En una de esas noches de PES entre Muchachos, elegí jugar una vez más con el United: con un fútbol directo, infinitas incursiones por los costados y entradas siempre al límite de la legalidad. Se puede ganar más fácil y jugar mejor al fútbol, pero no es tan divertido como intentar imitar a los eternos Diablos Rojos.

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