"How I met your mother" es otra de esas telecomedias americanas con risas enlatadas, su punto de partida se sitúa en el 2030, con un padre que le cuenta a sus hijos como conoció a su madre, allá por el año 2005 en la ciudad de Nueva York.
El protagonista es un auténtico Muchacho, un tipo de 27 años, arquitecto para más señas, ni demasiado guapo ni demasiado feo, simpático pero con escaso carisma fuera de su círculo de amigos, alguien del montón. El día que sus mejores amigos deciden casarse, se da cuenta de que llegó la hora de sentar la cabeza. Así que al poco rato cree encontrar a la mujer de su vida, consigue quedar con ella y ... le pierde su sinceridad muchachesca.
A parte del Muchacho protagonista y su mujer ideal, los otros personajes habituales son una pareja de tortolitos de larga duración (9 años) y un amigo pillador de pura raza, interpretado por el actor que hacía de Doogie Howser (el Médico Precoz) a principios de los 90.
La sempiterna pareja planea pasar por la vicaria, pero de vez en cuando se preguntan que hubiera sido de sus vidas si no hubieran estado saliendo desde la pubertad, les inquieta haberse perdido algo de la vida, pero a la vez no sabrían vivir en uno sin el otro. A ratos dan envidia y a ratos dan pena.¿Acaso se puede encontrar demasiado pronto a la tan cacareada media naranja?
Barney es una caricatura de esos pilladores profesionales que todos conocemos, un tipo que solo piensa en una cosa y que es capaz hasta de colarse con una maleta en las llegadas de un aeropuerto para conocer nuevas mujeres que llevarse al catre. Casi siempre nos hará reír y siempre nos recordará a esos amigos que con sus planes absurdos nos regalan nuestras mejores historias que contar. Se trata de un crack de traje y corbata perennes que representa la otra cara del compromiso: la de los que no quieren ni oír hablar de él.
Robin es una de esas diosas de barro que se han cruzado en la vida de cualquier Muchacho que se precie de serlo: parece la mujer ideal, pero nos dice que se encuentra en un momento de su vida en que no le apetece tener una relación estable. Provocará infinitas noches de insomnio en nuestro Muchacho protagonista y le llevará a cometer una estupidez tras otra, hasta que una buena mañana se de cuenta de que la vida sigue sin ella y de que hay otras muchas mujeres disponibles que merecen mucho más la pena.
Sus situaciones absurdas nos harán reír, pero, a menudo, nos asombraremos de lo bien que refleja lo que somos y como nos comportamos. Da igual que sea en Madrid, Nueva York, Tokio o Sidney: la globalización muchachesca es un fenómeno social.
jueves, diciembre 14, 2006
¡ Que tenemos casi treinta años !
Publicado por crooner79 en 8:09 p. m.
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