viernes, enero 06, 2006

Seis años con Mujeres


Existen libros de autoayuda y hay otros que simplemente ayudan. Un encuentro casual con un libro en las estanterías de la FNAC puede ser el comienzo de una relación imperecedera. Su título era "Mujeres" de Charles Bukowski y el tipo que se encontró con él era yo. De ese encuentro han pasado más de seis años, fue al comienzo de las Navidades del 99, el tiempo justo para que entrará en mi lista de regalos de reyes.

Aquellos fueron días extraños, como la película de Kathryn Bigelow ambientada en aquel tiempo de cambio de milenio. Sin entrar en detalles diré que estuve a punto de tocar fondo por culpa de una mujer. Así que no afronté aquellos Reyes precisamente con la ilusión típica de esa época, sino más bien hundido en la miseria.

Eran días de preparación de exámenes, lo que no impidió que comenzara a leer ese extraño libro verde que me habían regalado. La cosa iba de un viejo escritor que tras años de castidad forzosa ve como de la noche a la mañana le empiezan a llover mujeres sedientas de sexo por todas partes. El tipo responde al nombre de Hank Chinaski que era el alter ego habitual de Bukowski.

Tras un comienzo bastante simple la escritura de Bukowski y lo que cuenta me fue enganchando hasta llegar a acabármelo en un par de días. El libro está plagado de escatología y descripciones de encuentros sexuales que rayan la pornografía barata, se trata de una capa de grasa que Bukowski utiliza para mantener alejados de su obra a los mojigatos de mente estrecha que no merecen ser iluminados por la sabiduría de viejo zorro de Buk. También repelerá a los sospechosos de no haberse emborrachado jamás, que no podrán entender las continuas alusiones etílicas de Hank.

El peculiar sentido del humor de Chinaski impregna toda la obra llegando en muchos momentos a generar incontenibles carcajadas. También contiene algunas frases míticas como: "Es difícil bailar cuando bebes, es difícil beber cuando bailas"; "Un hombre no necesitaba tener una mujer para sentirse real, pero no estaba mal conocer unas cuantas"; "Uno simplemente se cansaba de estar manteniendo apartado el amor y lo dejaba venir porque a algún lado tenía que ir. Entonces, normalmente, venían muchos problemas" ...

Pero si hay una frase que resume como ninguna el libro es: "Cuando un hombre necesita muchas mujeres, sólo era porque ninguna de ellas era buena", una gran verdad que Buk descubre tras conocer - en el sentido bíblico - a unas cuantas decenas de féminas de todos los tamaños, edades, razas y condiciones sociales.

"Mujeres" tuvo efectos balsámicos sobre mi maltrecha moral, sobre todo porque me recordó que en general no conviene tomarse demasiado en serio la vida y en particular a las mujeres que no son buenas.

No hay comentarios: