martes, enero 17, 2006

Fuerzas de la naturaleza


El Rugby nunca ha sido un deporte popular en España más allá de los círculos universitarios. Sin embargo es frecuente encontrarse con gente que viste zamarras de las selecciones de Inglaterra, Francia, Escocia o Nueva Zelanda. Sin entender las reglas de este deporte siempre nos ha atraído la imagen que proyecta al exterior.

Yo empecé a interesarme por el Rugby en el 95, en aquel año se disputó el Mundial de Sudáfrica en el que venció la selección anfitriona y hubo una figura que destacó sobre todas las demás: un gigante de 20 años, 1.96 de estatura y 120 kilos de peso, capaz de correr los 100 metros en 11 segundos y que respondía al nombre de Jonah Lomu. Sus galopadas por la izquierda quitándose de encima a los rivales hasta llegar a la línea de ensayo dieron la vuelta al globo. Había nacido el primer "mediático" del Rugby.

Jonah Lomu jugaba en los "All Blacks", la selección de Nueva Zelanda que es considerada por muchos uno de los equipos más legendarios del deporte mundial. La imagen de los All Blacks bailando la "Haka" antes de empezar sus partidos forma ya parte del imaginario colectivo. Los gritos feroces y las miradas sanguinarias a los rivales son la mejor representación de un deporte de bestias llamadas a comportarse como caballeros dentro del terreno de juego.

En aquel Mundial de Sudáfrica Lomu consiguió la friolera de 7 ensayos en 5 partidos, lo que le catapultó a la cúspide del Rugby mundial, los más puristas no le consideraban ni de lejos el mejor del mundo, pero era innegable que el público le adoraba por el espectáculo que daba en el campo. Después de aquel mundial Lomu se convirtió en el abanderado de una selección talentosa que se quedó a las puertas del título.

A finales del 96 a Lomu se le diagnostico un síndrome nefrótico, una rara enfermedad que afecta gravemente al funcionamiento del riñón y que ponía en duda su continuidad en el Rugby de alto nivel. A pesar de los riesgos que entrañaba Lomu decidió seguir jugando. Hasta llegar al Mundial de Gales en el 99 siguió con su estela de popularidad aunque con actuaciones más discretas tanto con los All Blacks como a nivel de clubes en la liga neozelandesa.

En su segundo mundial se vio de nuevo al mejor Lomu, esta vez ensayó 8 veces en 6 partidos y fue de lo poco que se salvó de unos All Blacks que fueron humillados por Francia en las semifinales del torneo. La popularidad de Lomu aumentó todavía más y se consolidó como uno de los deportistas más famosos del planeta.

A finales del 2002 saltó la noticia: la enfermedad de Lomu se había agravado y debía someterse a tres sesiones semanales de diálisis: tendría que dejar el Rugby. En 8 años al más alto nivel sus números hablaban por si mismos: 122 ensayos en 185 partidos disputados. Su única posibilidad de volver a jugar era un transplante de riñón. Después de una relativamente larga espera, en julio de 2004 se confirmó que Lomu había sido sometido con éxito al transplante.

Tras múltiples especulaciones sobre su regreso, el 10 de diciembre del pasado año Lomu debutó con los Cardiff Blues en Italia y apenas dos semanas después consiguió su primer ensayo. Su objetivo estaba claro: alcanzar el suficiente nivel competitivo para poder jugar con los "All Blacks" en el mundial del 2007. Tras Sean Elliot y Alonzo Mourning, Lomu se convertía en el tercer deportista de elite en volver a la competición tras ser sometido a un transplante de riñón, aunque en este caso el riesgo es más grande por la violencia inherente a su deporte.

La vuelta de Lomu es una gran noticia para el Rugby que recupera a uno de sus jugadores más carismáticos, pero sobre todo es un gran ejemplo de coraje ante las adversidades. Tal vez Lomu no vuelva ya a ser tan grande como fue, pero seguro que seguirá dando espectáculo y acrecentando aún más su leyenda y la de los míticos All Blacks.

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