sábado, marzo 10, 2007

Cuando me convertí en profesor de la SOLFA


Hola, me llamo M.A. Caladero y soy agente secreto. Mi especialidad son las misiones de alto riesgo. Nunca imaginé que volvería tan pronto a mi alma vater: la SOLFA, esa institución en la que pasé 12 años educándome, o algo parecido.

La SOLFA tiene su sede central en el barrio de Tajuñatalaz, uno de los más apacibles de toda la ciudad. Allí, en verano, todavía se puede ver a las señoras mayores saliendo por las noches a los portales con sus sillas, para tomar el fresco. El índice de criminalidad es tan bajo, que Dunkin Donuts ha abierto ya 6 sucursales en el barrio, para entretener a los maderos del distrito.

Cuando me propusieron infiltrarme en el colegio, haciéndome pasar por profesor de gimnasia, no pude evitar acordarme de lo bien que lo pasábamos en clase con las suspensiones, triceps, trepa.

Teniendo en cuenta el éxito de la peli de Scorsese, era el momento adecuado para implicarme en un operativo de este estilo. Puede que incluso conociera a alguna gallinita durante la misión… seguro que en ese entorno había muchas madres divorciadas o adulteras interesantes.

Así que allí estaba yo de nuevo, habían pasado casi diez años desde que me largué de aquellas aulas y todo volvía a empezar; como en la leyenda de Sísifo, ya saben, ese al que cada vez que subía la roca a lo alto de la montaña, se le volvía a caer.

Continuará …

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