miércoles, noviembre 01, 2006

Tocala otra vez, Marti


Con cinco nominaciones a los Oscars, Scorsese es sin duda el director no premiado que más se merece la estatuilla, con su última película “Infiltrados” aspira a pelear el galardón una vez más y evitar la vergonzante imagen que sería verle recoger el Oscar honorífico sin haber ganado nunca uno de verdad.

Con “Infiltrados”, el maestro Scorsese vuelve a lo que mejor sabe hacer: las pelis de mafiosos, cambiando las malas calles neoyorquinas por los suburbios bostonianos y a la Cosa Nostra italiana por la mafia irlandesa, católicos todos al fin y al cabo.

El día que Marti decidió que su actor fetiche sería Di Caprio en lugar de De Niro empecé a replantearme si merecía la pena seguir viendo sus películas. Leo es un tipo cargante que lleva ya tres películas seguidas con Scorsese (tiene apalabrada una cuarta), pero por una vez, he de reconocer que en “Infiltrados” lo hace bien. Supongo que como en “Vida de este chico”, el hecho de que le den estopa le hace más soportable.

El estilo visual trepidante de Scorsese, al que nos tenía tan bien acostumbrados con “Uno de los Nuestros” y “Casino”, es uno de los grandes alicientes de la cinta. La violencia, la sangre y los personajes al límite son marca de la casa y se los echaba mucho de menos en sus últimas películas.

A sus 64 años, el maestro sigue en plena forma y amenaza con morir con las botas puestas. Ante todo es un cinéfilo que se lo pasa de lujo haciendo cine, sobre todo si tiene que dirigir a tipos como Jack Nicholson, que en esta interpreta a un capo pasado de revoluciones, recordando por momentos a su personaje de Joker en la primera de “Batman”.

Matt Damon, Mark Wahlberg, Martin Sheen, Alec Baldwin … ¿quién no quiere trabajar con Scorsese en una de gangsters? El reparto es un lujo y otro de los protagonistas es Boston, esa ciudad tan muchachesca que esconde rincones recónditos aptos para el crimen organizado. Conviene no perder de vista durante el metraje la cúpula dorada de la Casa del Estado de Massachusetts, símbolo de la democrática hipocresía americana.

Me quedo con algunas de las frases dogmáticas que el personaje de Jack Nicholson se marca al principio de la cinta: “Nadie te da nada, tienes que cogerlo”. Que bueno es cuando un grande del cine se da cuenta de que lo mejor que puede hacer es lo que mejor sabe hacer: Dale duro Marti.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Alguna frase mítica más "... en cuanto me huele el culo, se tira en plancha!"
Creo que me he pasado la noche descojonao. Tampoco se me borra de la mente la camisa sudada de Baldwin mientras se coge los webos con fuerza. Humor del bueno dentro de un realismo sencillo. Le damos séis estrellas. Arriba Scorsese! :-)