domingo, noviembre 19, 2006

Ese rojo objeto de deseo


Hay gente que odia y gente que ama “American Beauty”, a nadie deja indiferente. La imagen más recurrente de esta película es la de Mena Suvari bañándose en pétalos de rosa, lo que poca gente sabe es que esta mujer es otra hija del 79.

Después de la película de Sam Mendes, con la que consiguió hasta una nominación a los BAFTA, todo el mundo pensaba que la Suvari era una de las actrices más prometedoras de la generación Y, de momento, su estrella se ha ido diluyendo poco a poco.

Su exótico nombre y rostro son fruto de un cocktail de ascendencias estonias, griegas y egipcias. Rubia natural y de escasa estatura, se trata de una de esas niñas que empiezan haciendo anuncios porque son fáciles de identificar con el americano medio, al menos entre los miembros de la etnia WASP.

Entre sus dudosos honores esta el de haber sido nombrada la actriz más patriótica, después de participar en el triplete “American Pie”, “American Beauty” y “American Virgin”. De está última no sé gran cosa, la del pastel onanista me hizo gracia, no tiene nada original, pero es de esa clase de películas que puedes ver una y otra vez sin llegar a cansarte, en ella la Suvari tenía un papel algo secundario e iba de niña buena, nada que ver con la animadora vampiresa con la que saltó a la fama.

“American Beauty” es una película difícil de digerir en la que nadie es lo que parece, el personaje de Mena Suvari es fundamental en esta historia, en la que vemos el otro lado del espejo de esas civilizaciones con mucho árbol y casas clones. Al final todo se resume en una bolsa de plástico zarandeada por el viento y una deseable actriz pidiendo una nueva oportunidad para demostrar su talento.

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