martes, junio 17, 2008

Cuando NO todo está perdido


Cuando queda un último resquicio al que aferrarse, las esperanzas de los angelinos aún siguen vivas. Todos las estadísticas están en su contra, pero aún así saben que a cara de perro, cualquier cosa es posible. Los Lakers van a la deriva en una espiral que pide a gritos un paso hacia delante del mayor de los Gasol.

Siempre soñó con jugar unas finales pero nunca imaginó que fuera tan duro. Al final de cada batalla le duele todo y se acuerda de lo tranquilos que eran los meses de junio cuando su baloncesto vagaba por las callejuelas de Memphis. Un regalo de los Grizzlies le llevó a la soleada California, donde se reencontró con la victoria bajo la batuta del Pepu Hernández de la NBA.

La segunda unidad de los Laguneros no aguanta sobre sus espaldas el peso de un puñado de hambrientos de triunfo vestidos de verde. 12 perdedores sin piedad, no piensan dejar pasar esta oportunidad única, los Lakers tienen dinastía para años pero lo de los Celtics es insostenible, por la edad media de sus estrellas y el apoyo de una ciudad en la que el baloncesto es el tercer deporte en popularidad.

La buena suerte de los irlandeses está llevando en volandas a un equipo que ya sufrió para dejar en la cuneta a Atlanta en la primera ronda y que desde entonces no ha parado de crecer, con la irregularidad de los genios y la seguridad de los estajanovistas del parquet. Paul Pierce es el último abanderado de una dinastía a la que siempre odió de pequeño y que le ha dado la oportunidad de derrotar a su pasado, defendiendo la bandera de los que antaño fueron enemigos irreconciliables.

El Tío Phil le recomienda libros de Hemingway al Tío Pau, observando con curiosidad como esté gigantón venido de allende los mares, es su mayor esperanza para el sexto partido, ese que podría abrirle la puerta de la historia, incrustándole un último anillo en unas manos en la que hace años que no caben más, pero en las que siempre abrá hueco para una foto con la insigne estatua del mito Red Auerbach.

El BankNorth Garden será una olla a presión en la que los últimos malditos del baloncesto tratarán de dirimir a pedradas quién es el legitimo dueño de la leyenda de un baloncesto tricolor, en el que el verde se mezcla con el amarillo y el púrpura, en busca de un penúltimo peldaño antes de la batalla final a dirimir a escasos metros de la muralla china.

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