domingo, febrero 03, 2008

Insomne en la ciudad que nunca duerme


Providence es un pueblacho y NY la capital del mundo, entre ellas está Conneticut y poco más. Cuando cubres el trayecto que las separa, el Sr. F te manda un sms para darte en primicia la noticia más esperada: Gasol a los Lakers: al fin un español vestirá de amarillo y púrpura. Aprovecho este post para cagarme en todos aquellos que están deseando que el Estu baje a la LEB.

Las hamburguesas son mucho más que una religión en PJ Clarkes, uno de esos míticos sitios que componían las historias de NY del señor Enric González, el último reducto de los que se oponen a que en la ciudad de los rascacielos solo haya rascacielos.

La noche cae sobre Manhattan y empiezas a pasear por sus Malas Calles, lo primero que te encuentras es la estación de Grand Central, la misma en la que se cargaron a Carlito. Ves las escaleras mecánicas por las que intentó escapar y el anden en que su Gale le esperaba, con la promesa de algo distinto, con la mirada de las que siempre serán la mujer de tu vida.

Eres el primero que pregunta por la nueva camiseta de Gasol en la tienda de la NBA de la 5ª Avenida, que no es otra cosa que el paraíso de los mitómanos adoradores de dioses del baloncesto. Te lo quieres llevar todo, pero ya no tienes sitio en la maleta. Próxima parada: Times Square.

La adoración a Obama y Hillary (y otro pollo que no me suena ni un poco) inunda las calles de la Gran Vía de aquí (por lo visto la llaman Broadway). Enormes carteles luminosos te recuerdan las cotizaciones del Nasdaq y que mañana (hoy) se juega la SuperBowl, entre unos invictos Patriots y uno de los equipos locales (los Giants). A ti el fútbol americano te la pela, pero la verás porque por una vez las abarrotadas calles neoyorkinas estarán desiertas y el ferry a Staten Island pilla un poco lejos del hotel.

Pasas por la puerta del Madison Square Garden y acabas cenando en el West Village, donde hay limusinas a tutiplen y los garitos solo te dejan entrar si vas acompañado de féminas. Un enorme todoterreno de lujo te hace las veces de taxi, el conductor te comenta que la semana pasada llevó a Paris Hilton y que estaba "hot".

En la puerta del garito Marquee un negro enorme te comenta que si le das 100 pavos nos deja entrar a los cinco sin tener que esperar cola ... Esa película ya la has visto y decides volverte al hotel, en el camino te cruzas miles de taxis amarillos, conducidos por Travis Bickles del siglo XXI, habitantes de la urbe de los inmensos rascacielos y las inmensas soledades. Ya no podrás dormir, las Malas Calles se han apoderado de tu alma.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya viaje te estas pegando. No sólo cierras el traspaso de Gasol a tu equipo sino que además les traes suerte a los Giants para que ganen la Superbowl, buena fiesta por alli anoche, no???? Ya nos contarás crack.
Un abrazo
Señor F. (el del sms, jajaja)

crooner79 dijo...

Grande Señor F. !!!

Antes de irme esta tarde, cerraré la destitución de Isiah Thomas y los Caucus de NY para Obama.

Un abrazo fuerte.

Anónimo dijo...

Agrada ver como uno de los muchachos más señalados conquista la tierra más mitificada del planeta a fuerza de humor y desencanto. A saber cuando lees esto, loco, pero está bien que sepas que tu esfuerzo no pasa desapercibido y un puñado de silenciosos leemos tus crónicas de las malas calles con curiosidad y, por qué no decirlo, admiración. A fin de cuentas no creo que en ninguna película nos contarán de un modo tan cercano cómo es ese paraíso plastificado. Ya de paso, agradecerte que te gastases un puñado de petrodólares en esa llamada transoceánico de cumpleaños. Buen vuelo, Comendadore.