sábado, diciembre 24, 2005

Navidades en Familia


Hace unos años leí que la guionista y directora Nora Ephron se juntaba cada 25 de diciembre con su familia y repasaban El Padrino I y II. La tercera no la veían porque consideraban que no respeta el espíritu de las dos primeras.

En estas fechas tan entrañables de comilonas, buenos deseos por doquier y regalos; la trilogía del Padrino nos devuelve a la realidad y nos reconcilia con nosotros mismos. Está ahí para recordarnos que el cine se puede convertir en el mejor de los entretenimientos cuando se hace con maestría.

33 años después de su estreno el Padrino sigue siendo un fenómeno sociológico y por ello es objeto de múltiples homenajes - voluntarios o no - en el cine, la televisión y la vida general. No es extraño ver la típica imagen de un personaje con voz susurrante conspirando para conseguir a toda costa sus objetivos, esa escena forma ya parte del subconsciente colectivo.

Hay peliculas que después de verlas dan la sensación de ser mejor persona, el Padrino no es una de ellas; sin embargo está plagada de fieles reflejos de la naturaleza humana. Abarca desde los más bajos instintos (traición, adicciones, asesinato ...) hasta los más elevados (unión familiar, amor, lealtad ...).

Cuando Coppola fue elegido para llevar al cine la obra de Mario Puzo había muchas dudas sobre su capacidad de dirigir un proyecto tan importante: apenas tenía 30 años y muy poca experiencia como director. Algo parecido ocurría con Pacino, que fue elegido de rebote tras múltiples intentos de enrolar a otros actores más reputados.

El Padrino es el resultado de la suma del talento de un director, unos actores y un guionista en estado de gracia. La resurrección cinematográfica de Brando complementado por unos secundarios de lujo (Duvall, Caan, Cazale, Keaton ...), un joven Pacino que se va transformando en Brando según avanza la trilogía, las inolvidables melodías de Nino Rota y, como no, el "Gigante adormecido": un Coppola colosal con un talento solo comparable al del Orson Welles de Ciudadano Kane, que va de la mano de Mario Puzo en el génesis de la mejor Trilogía de la Historia del Cine.

Feliz Navidad a todos.

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