jueves, marzo 13, 2008

i-luso


Todo es triste en sus calles y sus gentes, ellos lo llaman nostalgia, nosotros sabemos que en realidad es morriña. Se empeñaron en pintar los bloques de ladrillo visto y en apoderarse del Tajo, allí donde pierde su buen nombre.

A tan solo 5 minutos de Madrid en avión -por aquello del cambio horario- se alza la capital de otro país, protagonista de una inolvidable noche de risas en el O'Nabo (próxima re-apertura señores). En esa urbe de plomo y cemento, sientes la inapelable necesidad de no conectar con la población local y piensas en leyendas de mujeres que te cepillan el traje con un ligero movimiento de labios carnales y carnosos.

Sientes que no lo echarías de menos si no volvieras por allí jamás, a la vez te gusta cuando hace buen tiempo y la comida es barata y suculenta. Ni les entiendes, ni te esfuerzas en integrarte en el entorno. Estas demasiado institucionalizado, por culpa de viajes a países de perfiles más altos que el tuyo propio. Te pierdes en la maraña de lo que hoy te parece el tercer mundo y no es más que una copia exacta de lo que era tu país hace unos quince años.

Podrías llegar a acostumbrarte a su cafés (mica), cerveza (Super Bock) y equipos de fútbol (selección de allí). Te acuerdas del discurso de dimisión de Camacho: monólogo de 2000 líneas en español, culminado por un "falta de motivaçao".

Un par de puentes monumentales te recuerdan que tu vocación frustrada fue la de construir faraónicas obras que surcaran los ríos y condujeran de punta a punta entre tierras tan lejanas como inseparables. Todo es caótico por momentos, los taxis son baratos y te da igual hacer un poco de turismo o quedarte en el hotel, que esta vez ha tocado de la clase cojonudo.

Siempre fueron aliados de la Pérfida Albión, por eso hablan el idioma de Gascoigne mucho mejor que nosotros. No hay que bajar la guardia, en cualquier momento nos la pueden intentar jugar. Lo mejor del viaje es que descubres las "aerolíneas de nueva generación" y el avión aterriza 25 minutos antes de lo previsto. Con todo y con eso, no ves la hora de que el AVE acabe llegando a todas partes.

No hay comentarios: