Aprovechando que el Ajax retira hoy el 14 de Cruyff, voy a hablar un poco de uno de su grandes descubrimientos como entrenador: Marco Van Basten, uno de los futbolistas más elegantes de la historia y ese killer del área que todos soñamos ser alguna noche que otra.
Desde las entrañas de la ciudad del Red Light District, el joven Marco se hizo con un hueco en el corazón de los aficionados del Ajax con su fútbol espectacular, mamado en la mejor cantera de Europa y en vísperas de juntar a una generación de holandeses futbolistas inolvidable: Gullit, Rikjaard, Van Breukelen, los hermanos Koeman, y todos los demás, coronaron de una vez por todas a los Tulipanes en la Eurocopa del 88.
En el Milán, Van Basten nos amargó la vida durante años a los madridistas. Era inevitable sentir envidia y pedir a gritos un cambio pelo a pelo por el “macho” Hugo Sánchez. Los galácticos de Florentino llegaron una década tarde, imaginaos un equipo con Maradona, Van Basten y Matthaus como extranjeros, sumados a la Quinta del Buitre al completo, además de los Buyo, Gordillo, Aldana y Losada …
Las lesiones no tuvieron compasión con Van Basten, con apenas 30 años le condenaron a una retirada temprana y durante unos pocos meses más pudimos seguir disfrutando en las pantallas bidimensionales del PcCalcio de sus remates imposibles y sus salidas nocturnas a la milanesa, siempre triunfantes y regadas en Lambrusco.
Hoy en día Marco Van Basten se gana la vida dirigiendo a la selección de su país, inculcándoles su carácter ganador y esa filosofía balompédica tan particular, en la que si además de ganar revientas la red unas cuantas veces, no te irás nunca a casa con hambre de más.
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