domingo, mayo 11, 2008

La Noche de los Trenes Azules Largos


Parecían condenados a la LEB, pero al final consiguieron salvarse: son buenos tiempos para la épica. Ahora toca hacer autocrítica, mientras los dementes se beben hasta el agua de los floreros para festejar que el próximo año no jugarán contra el Melilla: lo harán contra el mítico CAI Zaragoza.

En tiempos difíciles, era necesario movilizar a las bases, los que nunca han fallado y que lo mismo estarán con el equipo en una final de la ACB, que agotando las últimas posibilidades de no descender. Ese Tren Azul que salió de Chamartín el viernes por la tarde, era para los potentados, el común de los dementes voló a León en bus, bebiendo Kalimotxo y cantando para ridiculizar a todos aquellos que se toman demasiado en serio, tanto la vida como el baloncesto.

Parecían condenados al abismo, sus tristones enemigos les querían ver bajo tierra, pero el buen humor siempre se cepillará la mezquindad de los que no saben reírse de sí mismos y nos obligan a reírnos de ellos. Buen baloncesto el que se vio en León, un equipo de amarillo que celebraba 60 años de historia, todo me resultaba muy familiar. En la grada no estaban Jack Nicholson, ni Donald Sutherland, ni siquiera el prota de Spiderman ... Esta vez los espectadores eran los mismos que jugaban a las canicas en el Ramiro mientras Pinone desafiaba las leyes de la gravedad con su barriga, para clavársela hasta el fondo a todos los que se atrevieran a ponerse en su camino.

La Fuente de los Delfines de República Argentina está a escasos metros de donde vi por primera vez la luz del día, tal vez eso explique mi afición por el Estu, junto con el espíritu de contradicción que me permite ser del Madrid en fútbol y antimadridista en baloncesto: ¿Y el Madrid qué ... otra vez campeón de la Euroliga?

Después de la exaltación del Estudiantilismo, toca hacer autocrítica, obligar al Faraón o a la Marquesa a que nos recalifiquen cualquier terrucho, pagar la deuda y mirar hacia adelante. Un primer paso sería mantener al puto Casimiro lo más lejos posible del Estu, echar a unos cuantos, fichar bien y empezar a pensar el futuro.

El viejo Buk estaría orgulloso del Estu y de la Demencia; en lugar de huevos, él les tiraría sandías a los del Maravillas, y de paso les recordaría aquello de: "Cuando estamos tristes bebemos para olvidar, cuando estamos alegres para celebrar, y cuando no pasa nada: bebemos para que pase algo".

Salud y Demencia, para todos los que os lo merecéis.

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