jueves, junio 04, 2009

Once More Time


Esta noche comienzan de nuevo las finales de la NBA, el acontecimiento deportivo que todos estábamos esperando desde el último partido del Estudiantes en la liga regular. La gran incógnita sigue siendo si los Lakers habrán aprendido la lección del año pasado o serán víctimas de su sempiterna irregularidad y de la extraordinaria pujanza de los Magic de Dwight Howard.

De nuevo un español se acerca al anillo, después de una temporada magnifica de Pau, en la que seguimos acostumbrados a que consiga doble-doble en todos y cada uno de los partidos que juega, ahora toca volver a darlo todo, contra un rival inesperado y con una ventaja de campo que puede ser definitiva a la hora de enfrentarse con un equipo novato en lo de pelear hasta el final por el anillo.

El Tío Phil seguirá descontando los minutos que le faltan para la retirada definitiva, con diez aretes en las manos, ya ni su amada Jeanie le podría retener en el banquillo angelino. Tendría todo el derecho a dar paso a Byron Scott, para que cerrara definitivamente la cuadratura del círculo: Kobe siendo entrenado por un Laker de la época del Showtime, bajo la atenta mirada de Kareem, certificando que los 70 se reconcilien al fin con los 80, 90 y el siglo XXI.

Parece que Bynum está de morros con el Maestro Zen, los Lakers harían muy bien en intercambiarlo este verano por el otro Gasol, seguro que la Tanketa se saldría jugando en L.A. junto a su hermano. El único problema es que los yankees son demasiado cortos para entender la diferencia entre una eterna promesa y el sucesor de Sabonis que llegó de la soleada Península Ibérica.

Pau tampoco estará en el Europeo de Polonia, donde se comprobará si la selección tiene suficientes recursos como para que no se noten las ausencias de sus mayores estrellas. Apuesto a que echaremos de menos a Pepu, Scariolo no es ni la mitad de entrenador que el tipo que nos hizo campeones del mundo. Los caprichos de Pepe Saez nos van a pasar factura más pronto que tarde.

Este puede ser el año, si Pau gana ese anillo será un poco de todos, pero sobre todo servirá de confirmación de que el talento, la inteligencia y el trabajo conducen inexorablemente al éxito ... al menos cuando vienen acompañados de algo de suerte: quién le iba a decir a Pau hace un par de años que acabaría jugando en la franquicia más importante del planeta.

No hay comentarios: