sábado, octubre 04, 2008

Cuando Bobby encontró a Marty


Corría el año 72, dos jóvenes neoyorkinos buscaban huir de las noches bohemias y salvajes, las orgías, las dudas razonables y la politoxicomanía al uso en aquellos tiempos. Por avatares del destino, tuvieron que compartir taxi desde Harlem a Downtown Manhattan. En el camino, uno no paraba de hablar y el otro dormitaba en su asiento, esperando a que aquel ex-monaguillo parara su perorata.

El resto es historia conocida: 7 películas juntos, infinidad de premios y un hueco en la historia del cine. Su pasión por las mujeres de color les unió y enfrentó en múltiples ocasiones, sin llegar a afectar nunca a su amistad creativa. Paul Schrader fue el tercer vértice de un triángulo forrado en celuloide, en el que la violencia, la autenticidad y la noche se daban la mano para parir películas únicas.

Los excesos no acabaron de pasar factura a dos iconos que aun tienen mucho que demostrar, sobre todo De Niro, que aun nos debe el hacernos olvidar su última década de filmes alimenticios y lamentables. "El Buen Pastor" le reconcilió por un rato con sus incondicionales más exigentes. Su festival de Tribeca revitalizó una ciudad herida en la que un día un lampiño Bobby y un joven Marty decidieron pasar las horas juntos en busca de una nueva forma de evadirse y expulsar sus demonios en forma de imágenes en movimiento.

Paseando por el Brooklyn de Jake LaMotta, te das cuenta de que ya no queda nada de esa City de mediados del siglo pasado, gracias a Giuliani las Malas Calles se acabaron transformando en avenidas pijas que desembocan en Starbucks y sucursales bancarias. La Gran Depresión que acaba de inaugurarse amenaza el estatus de una urbe en la que el dinero fluye y los lugareños se van quemando poco a poco, hasta que no les queda otra que irse a vivir a Long Island o Jersey.

El reencuentro de Robert y Martin tiene hoy más sentido que nunca, es un penúltimo baile juntos en busca de una redención ficticia: demostrar al mundo que aún siguen siendo los mismos de "Taxi Driver", "Toro Salvaje", "Uno de los Nuestros" o "Casino". Lo harán disfrazándose de Mafiosos, su reencarnación favorita, la que les hizo célebres y les proporcionó ese sello tan personal que les condenó para siempre a la inmortalidad cinematográfica.

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