domingo, septiembre 03, 2006

El día que Pepu nos hizo Campeones del Mundo

Como la mayoría, todavía no me lo acabo de creer: Somos campeones del mundo de baloncesto. De momento parece que hay calma chicha en las calles, supongo que como es la primera vez que ganamos algo en este deporte, la gente no sabe ni como celebrarlo.

Pau Gasol es el héroe, el Cid herido capaz de insuflar desde el banquillo su espíritu ganador a sus compañeros. Los Muchachos han jugado un partido perfecto en defensa e inspiradísimo en ataque. No ha habido rival y la única pena que nos queda es no haber jugado la final contra los yankees, a los que sin duda hubiéramos humillado aún más.

José Vicente Hernández ha sido el arquitecto de esta selección campeona. El gran Pepu estaba al borde del colapso en el podium, agarraba con fuerza la Copa del Mundo, con miedo de que alguien le pudiera despertar del mejor de sus sueños.

Durante su carrera como entrenador Pepu ha vivido innumerables derrotas agónicas en las semifinales de la ACB, también sufrió como el Barça le remontaba una ventaja de más de 20 puntos en una final de la Korac y hace tan solo dos años los culés le arrebataron el título de liga en el último partido de las finales.

Pepu ha perdido más que nadie en el baloncesto español, pero los que le conocíamos sabíamos que él era el más indicado para llevar a lo más alto a la mejor generación española de la historia: porque nadie se merecía tanto la gloria como él.

Es una perogrullada hablar del talento de esta selección, pero lo que tambien es incuestionable es que Pepu ha sabido darle ese extra que cualquier equipo necesita para llegar a lo más alto. Con las continuas rotaciones, el entrenador madrileño ha implicado al máximo a todo el plantel, consiguiendo además no cansar demasiado a las estrellas del equipo.

Pepu ha sabido hacer grupo y los Muchachos se han portado, alejándose de los divismos tan típicos en otros deportes y comportándose como una panda de amigos unidos por un objetivo común. Además les ha sabido inculcar el hambre de triunfo, las ganas de seguir aumentando las distancias por muy ganado que estuviera un partido.

Como seguidor del Estudiantes esta final ha sido especialmente emocionante para mí. En los últimos quince años solo he podido celebrar dos copas del rey, pero hoy el equipo del Ramiro estaba más presente que ninguno sobre la cancha de Saitama Superarena.

Además de Pepu, otro viejo conocido de la afición estudiantil ha formado parte del staff técnico: el inefable Rafa Vecina. Se trata de un tipo que por su aspecto jamás encajará en los invertidos canones de la metrosexualidad, pero es que Vecina siempre fue otra cosa: uno de esos todoterrenos que no brillan en exceso pero que son imprescindibles para mantener la cohesión de un equipo. Rafa siempre destacó por su inteligencia y valentía, a buen seguro que sus consejos habrán sido muy útiles para los Seniors de oro.

En los primeros minutos del partido Felipón parecía poseído por el espíritu de su hermano Alfonso, dejándose la piel bajo los tableros y clarificando desde el principio quién mandaba en el parquet. Aquel chaval al que una noche saludamos en Kapital, ha sido hoy más grande que nunca y hasta le perdonamos que se fuera con los de la acera de enfrente.

Carlitos Jiménez es el capitán de esta selección campeona y en este Mundial llevaba el estandarte de los Azofra, Reyes, De Miguel y tantos otros ilustres canteranos del Ramiro, que tanto hubieran merecido este título por todo lo que han dado al baloncesto patrio.

Y qué se puede decir del Chacho, pues que cada día esta más claro que “Pistol” Pete Maravich eligió las tierras chicharreras para reencarnarse en este jugón, tan decisivo en la semifinal contra Argentina y que en el partido de hoy nos ha vuelto a contagiar a todos con su magia y su carisma.

Vivo en un país en el que el fútbol manda en la calle y vengo de un colegio en el que el balonmano mandaba en el patio. El baloncesto siempre ha estado en un segundo plano y no hace mucho ha pasado momentos de auténtico ostracismo. Unos cuantos siempre pensamos que el deporte de la canasta podía hacer que la vida fuera maravillosa, y por eso cuando el profesor de gimnasia decía “Quién quiera fútbol: fútbol; quien quiera baloncesto: baloncesto” nos íbamos a jugar con las chicas y los cuatro gatos que no sabían jugar al fútbol.

Hoy es un día histórico para España y sobre todo para aquel niño al que se le quedó grabada la imagen de Magic pasando la pelota por detrás de la espalda, que pisó el parquet del Palacio la noche que el Estudiantes se clasificó para la Final Four de Estambul y que un día soñó con escribir algo el día que España fuera campeona del Mundo del Baloncesto. Pepu: gracias por hacer el sueño realidad.

1 comentario:

Chicharros Enlatados dijo...

y lo peor de todo es que la mayoría de los medios de comunicación se tiraron todo el día animando a la gente para que acudiera a Plaza Castilla y luego, llegado el momento, dieron completamente de lado a los jugadores de la selección por un maldito e insignificante incendio.. y aquí no hay quien defienda a la Sexta, porque fue la peor de todas las televisiones! a mí qué me importa que se queme Torre Espacio cuando a 500 metros están miles de personas con la selección!! y no quiero ni pensar lo que se les pasaría por la cabeza a los españoles de otras ciudades que estuvieran aguantando hasta esas horas delante de la tv. Vergonzoso!!