domingo, mayo 14, 2006

Días de vino y golf


“Entre Copas” deja ese regusto agridulce de la mañana siguiente a una borrachera moderada. Se trata de una cinta rara, a ratos cachonda, otras veces melancólica. Creo que es la mejor película que vi en el cine el año pasado, y al revisarla en DVD no me ha decepcionado: sigue pareciéndome igual de buena.

El personaje que interpreta Paul Giamatti es uno de esos míticos perdedores que tanto juego han dado siempre en el cine. Escritor frustrado, divorciado incapaz de rehacer su vida, un tipo que hace de la enología una religión y que a la vez es capaz de beberse hasta el agua de los floreros cuando se viene abajo. Gracias a esta película Giamatti pasó de ser el eterno secundario de cuyo nombre nadie se acuerda, a ser reconocido como uno de los actores del momento.

El amigo de Giamatti es un niño grande que se resiste a crecer. Tiene miedo de perder la libertad con el matrimonio y a la vez no sabría que hacer sin su novia. Pura contradicción en un personaje en el que, en un momento dado, todos nos podemos llegar a reconocer. Se complementa a la perfección con Giamatti porque bajo su apariencia de vividor pichabrava se esconde un tipo con los pies en el suelo, capaz de espolear y descubrir la cruda realidad a su mejor amigo, pese al abismo intelectual que en apariencia les separa.

Virginia Madsen es una de esas actrices que conserva todo su atractivo más allá de la frontera de los 40. Su historia con el personaje de Giamatti es de lo mejor de la película. Nos hace mantener la esperanza en las segundas oportunidades, en que no esta todo perdido y en que no siempre nuestros errores son definitivos.

La frase que mejor define el espíritu de la película la pronunció el gran Charles Bukowski: “Cuando pasa algo bueno bebo para celebrarlo; Cuando pasa algo malo bebo para olvidarlo; y Cuando no pasa nada bebo para que pase algo”.

“Entre Copas” nos recuerda que por muy bueno que sea un vino y por mucho que podamos hablar de sus cualidades, lo mejor que podemos hacer con él es bebérnoslo. De la misma forma, lo mejor que podemos hacer en la vida no es perder el tiempo filosofando y lamentándonos sobre el pasado, sino vivirla mirando siempre hacia delante, paladeando cada momento sin prisa pero sin pausa.

No hay comentarios: