lunes, diciembre 07, 2009

La Última Noche



Cuando llega el principio del fin, todo parece cobrar sentido en apenas tres minutos. Lo que diferencia la vida de la ficción es la imprevisibilidad de los momentos, el no ser capaces de sospechar el final que nos espera, por muy listos que nos creamos y por muy atado que pensemos que lo tenemos todo, hasta lo inevitable.

Hay momentos en los que las canciones que forman parte de nuestra vida se cruzan con las series que comienzan a hacerse un hueco en nuestras almas. El comienzo del fin de "The Shield" cuenta con la mejor de las bandas sonoras, el "Disarm" de los Smashing. Cuando escribió esta canción, Billy Corgan sabía que algún día ilustraría la mejor de las historias, una en la que los errores comenzaran a pasar factura por todos los pecados cometidos.

Lo que diferencia a "The Shield" de todas las demás series es que jamás puedes sospechar lo que pasará en la siguiente escena. La frontera entre el bien y el mal es tan difusa que desde el principio es imposible distinguir a buenos de malos. Las verdades absolutas se difuminan por capítulos, disfrazadas de escatología y violencia extrema.

"The Shield" es sobre todo la historia de una amistad, un grupo de élite hermanado por códigos de honor y sangre, en el que todo lo que está fuera del círculo de confianza es susceptible de volar por los aires. Los Ángeles es la urbe maldita en la que la mugre salpica las estrellas doradas, el glamour se ve frenado por los más bajos instintos y todos sus habitantes pelean por sobrevivir un día más en la gran ciudad, cueste lo que cueste y sin poder mirar hacia atrás ni hacia delante, por miedo a un final repentino.

Las canciones de las Calabazas nos salvaron de la desesperación absoluta, nos hicieron convivir cómodamente con el fracaso. Nos hicieron entender que la perfección no radica en sus letras, ni en sus melodías, ni en la voz de Corgan ... sus himnos simplemente hacen cualquier momento más llevadero, dan sentido a muchas de las estupideces que nos rodean, nos ayudan a revelarnos contra la dictadura de lo cotidiano.

Nadie dijo que ver "The Shield" fuera fácil, puedes tardar hasta 50 capítulos en entender porque la sigues viendo; pero cuando todo parece perdido, esta serie mostrará uno de esos momentos que jamás verás en ninguna otra, ni en el cine ... uno de esos instantes que parecen un deja vú, porque ya no podrás dejar de sentirte identificado con sus protagonistas.

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