Coronado es el Clooney español, en una versión algo menos comprometida y sin excesivas inquietudes. En "Todos estamos invitados" interpreta a un personaje frágil, condenado por decir lo que piensa y que tiene que aprender a convivir con el miedo a que le peguen un tiro por la espalda.
Francesca es su novia italiana, víctima de la justificada paranoia de Coronado, envuelta en una trama que no acaba de entender. Desde su trabajo como terapeuta, ayuda a recuperar a personas hundidas, sin preguntarles por qué acabaron en el hoyo.
Un buen golpe te puede cambiar la vida, uno malo también, te puede convertir en una persona totalmente distinta, que ya no recuerda de dónde viene, ni a donde iba, cuando un destino funesto se cruzó en su camino. Los amigos suelen estar ahí para recordarnos quien somos, los enemigos también: nos buscarán hasta encontrarnos y utilizarnos para sus oscuros fines.
La libertad de expresión es un bien escaso en muchos lugares de la Tierra, algunos están mucho más cerca de lo que pensamos, si te atreves a hablar contra los que matan: acabarán contigo, aunque sigas vivo serás un cadáver con patas, a expensas de que el verdugo de turno te conceda unas horas más, minutos para disfrutar olvidándote de todo por un rato.
Valientes son los que aguantan, los que no huyen a pesar de las amenazas, héroes anónimos o no tan anónimos, que tienen que adaptar sus costumbres diarias para ponérselo más difíciles a sus matarifes. Todos estamos invitados a recordar a las víctimas y hacer que los asesinos se pudran en el olvido.
martes, noviembre 11, 2008
Desasosiego
Publicado por crooner79 en 7:07 p. m.
Etiquetas: cine patrio
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