martes, diciembre 16, 2008

¿Otra de abogados?


Las series de abogados son un clásico de la televisión, los que nacimos a finales de los 70 crecimos con "La Ley de los Ángeles", antes de ella hubo muchas que no llegamos a ver jamás y después alguna vez pasamos el rato con "Ally McBeal", "El Abogado", "Boston Legal" ... "Eli Stone" es el penúltimo intento de exprimir el género, aunque en ella casi nada es lo que a priori parece.

Bajo un envoltorio frívolo, con versiones de George Michael por doquier, idas de pinza y situaciones surrealistas; se esconde una serie pata negra, el equivalente televisivo a esas películas que te dan la sensación de ser mejor persona después de verlas. Su protagonista es Jonny Lee Miller, el primer marido de Angelina, al que nosotros siempre recordaremos como el Sick Boy de "Trainspotting".

¿Qué podría convertir a un eficaz abogado sin escrúpulos que lo tiene todo en un profeta? ¿Como se transformaría su vida si de la noche a la mañana tuviera que renunciar a lo que más quiere en busca de un ideal? "Eli Stone" planea sobre un terreno farragoso en el que el almíbar podría llegar a mezclarse con los tópicos más manidos del cine y la televisión que todos conocemos. En cada capítulo sus guionistas luchan por esquivar la repetición, para conseguir no ahuyentar a esos pocos intrépidos que no huyeron de esta serie a las primeras de cambio.

Los secundarios son la receta mágica para superar el tedio y los argumentos predecibles, una troupe de actores variopintos esconden sus cartas hasta el último cuarto de hora del capítulo, cuando todo cobra sentido y desde la distancia te planteas que lo que te han contado podría pasar, que por amor a Natasha Henstridge podrías dejarla para que fuera feliz y no tuviera que llorar nunca tu muerte, sólo tu pérdida.

En la Edad Dorada de las Series la oferta es infinita, no hay tiempo de verlas todas y las que no tengan una audiencia aceptable se verán abocadas a la desaparición. Tenemos que elegir a quién le regalamos nuestro tiempo, que historias son las que merecen la pena, a quienes debemos dejar escapar para poder seguir nuestro camino. Las calles de San Francisco esconden una joya camuflada de cultura popular, bajo la que podemos encontrar reflexiones sobre la vida cuando la vida puede acabar de un momento a otro, la realidad protagonizada por un tipo que lucha por ser mejor persona, un insider con alma de outsider que no parará hasta hacer añicos todo lo que pensábamos que pasaría cuando ya nada nos pudiera sorprender.

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