sábado, diciembre 06, 2008

Acepta lo bueno


"Si me casara con ella, sería como si mi mejor amigo nunca hubiera existido"


"Cosas que perdimos en el fuego" es una historia sobre como seguir adelante cuando pierdes lo que más quieres y ya no te queda casi nada a lo que aferrarte. Una cinta en la línea de "21 Gramos" pero con algo menos de metafísica y algo más de esperanza.

Halle Berry es la criatura más bella que te puedes encontrar en una pantalla de cine, sus movimientos y palabras siempre transmiten serenidad y fortaleza a la vez. Hace años que superó su estela de sex symbol para demostrar lo buena actriz que puede ser, cuando los papeles que la ofrecen están a la altura de su talento. Esta vez se enfrenta a su reto más difícil desde "Monster Ball", un personaje destrozado por la tragedia, que tiene que aprender a vivir de nuevo, asumiendo todo lo que perdió en el fuego.

Benicio tiene en la cara las cicatrices de mil palizas, las ojeras de cientos de noches sin dormir, mirando al techo y preguntándose qué es lo que hizo mal. Lo único que tenía Benicio era un amigo, el único que se acordaba de su cumpleaños, el único que no le abandonó cuando su mundo se vino abajo. El día que perdió a su amigo, a Benicio se le acabaron las razones para seguir viviendo, pero su amigo siguió guiándole, de una forma que nunca hubiera imaginado.

Cuando estas en el hoyo, buscas esa sensación de la primera vez, esa que ya nunca volverá. No la encuentras porque se desvaneció entre el humo de tus recuerdos. Cuando la neblina se despeja, si te esfuerzas lo suficiente, puedes encontrar un poco de paz, una segunda oportunidad y la promesa de una tercera, si esta vez la vuelves a cagar.

En "Cosas que perdimos en el fuego" hay lugar para la esperanza, sin edulcorantes, la esperanza de que mañana el sol vuelva otra vez a salir, aunque vivas en la Ciudad de la Lluvia. Castigados por el destino, sus personajes aprenden que dentro de una, puede haber otras muchas vidas, que
cuando muere una persona otra se puede estar salvando, que tenemos la obligación de aceptar lo malo, porque es lo único que de verdad nos hace merecedores de lo bueno.

No hay comentarios: