Llegados a este punto se impone hacer balance sobre los semifinalistas de la Champions. Habrá dos equipos españoles, lo cual es bueno para nuestro fútbol, que el año pasado estuvo aletargado, sin representantes a estas alturas de la máxima competición continental.
Me alegro mucho por el Villareal, sobre todo por tratarse de una ciudad con menos habitantes que aforo los estadios del resto de semifinalistas, por ser un equipo distinto, echo con retales de otros y perlas cultivadas a fuego lento. Han sabido hacer de la Riquelmedependencia una virtud, convirtiendo al Submarino Amarillo en una sucursal de Boca en el Levante español. El Villareal es un equipo de pcfutbol, un modesto sin complejos, cuya mayor grandeza está en su falta de respeto a los “históricos” de esta competición. Inter y Manchester ya han probado el supositorio amarillo, que se vaya preparando el Arsenal.
El Milán está ahí siempre, o casi siempre. Es un extraño cruce entre el catenaccio italiano de toda la vida y otras propuestas más alegres. Da grima ver a su defensa, con una media de edad de 35 años, jugando como chavales de 25. Viéndoles es inevitable acordarse de la Juve de Lippi hace 10 años, con ese Vierchowood de 40 tacos, dándolo todo, animado por sabe dios que sustancias psicotrópicas. En cualquier caso Pirlo, Kaka y Shevchenko son tres jugones que serían titulares en cualquier equipo del mundo. Como no podía ser de otra forma en un equipo ultracampeón, el preferido de la grada de San Siro es el tronquete Gatusso: “Tu corre, corre, que algo queda”.
Cualquiera que haya leído “Fiebre en las Gradas” simpatiza con el Arsenal. En esa novela Nick Hornby nos cuenta la historia del Arsenal de los 70 y los 80, entremezclando partidos con vivencias personales. Desde que llegó Wenger los Gunners son otra cosa, su fútbol tiene poco que ver con el del resto de equipos de las islas. Su asignatura pendiente siempre ha sido la Champions, y este año, enfundados en la zamarra granate van a por todas. De la mano de un Henry colosal y un Cesc cada día más grande, este año puede ser el bueno, aunque el Villareal venderá cara su derrota. Su duelo dará un finalista inédito de Copa de Europa y cualquiera de los dos merece estar en la final de París.
Viendo los dos últimos partidos del Barça me da la impresión de que no es para tanto. Es cierto que Etoo y Ronaldinho son dos de los mejores del mundo, pero su equipo últimamente da la impresión de ir de más a menos. Supongo que echan en falta a Xavi y Messi, ese punto de criterio y frescura tan necesarios en cualquier equipo campeón. La liga la tienen ya ganada, pero lo de la Champions no lo veo tan claro. El Milán les tiene ganas y suponiendo que le derroten, en la final se verán las caras con un equipo que se jugará a una sola carta esta temporada y su presencia en la Champions en la próxima. La historia de la Copa de Europa en los últimos años nos ha demostrado que el título no lo gana el mejor, sino el que más tiene que perder en la final.
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