Eran las 4 de la tarde de un viernes 17 de octubre del 97, un sucinto mensaje me esperaba en el contestador de casa: un cumpleaños de un conocido, al que ir a hacer bulto, un plan alternativo a finiquitar o enfrentarme a una historia que no iba a ninguna parte.
Aquellos eran días extraños, el fin de una época y el comienzo de otra bien distinta. Las 6 de la tarde parecía demasiado pronto para quedar, pero lo hicimos de todas formas, no había tiempo para siestas ni lamentos. Eramos 3, dos de ellos convencidos de mala gana, con un cierto hastío en la mirada, el sol pegándonos en la jeta y mucho odio acumulado contra aquellos malotes de medio pelo de la generación del 80, que siempre nos observaron como perdonándonos la vida.
El veranillo de San Miguel estaba en su máximo apogeo, tanto que nos regalo una noche en manga corta. Nosotros inventamos la privatización de botellas, en concreto fueron tres: whisky, martini y ron blanco. Nuestra aportación simbólica fueron 20 duros por cabeza, los dimos refunfuñando por el alto precio de aquel cumpleaños, en el que no recuerdo si llegamos siquiera a felicitar al anfitrión.
Los minutos pasan rápido cuando mezclas bebidas blancas y oscuras, nos adueñamos de la tarde-noche y empezamos a dar capotazos con unos minis bien colmados, ideales para comenzar la última semana de minoría de edad. Comenzamos a vislumbrar fantasmas del pasado, antiguos compañeros de colegio que salen de todas partes y que tienen la misma sensación de que la recién estrenada vida universitaria es una mierda y ojala se acabe cuanto antes.
La noche cae sobre Tribunal y se nos empieza a nublar la mente, experimentamos distintas reacciones etílicas: euforia extrema, lucidez, desasosiego, KO total ... Los minutos pasan despacio y no somos conscientes de que estamos fundando un grupo, una forma de ser y estar en el mundo que dura ya más de una década.
En los tiempos en los que los móviles no existían para el común de los mortales, llegamos flotando al lugar donde empezó todo. Jugaríamos una vez más con nuestro destino, sabiendo que nos arrepentiríamos alguna vez, pero 11 años después tendríamos claro que hicimos lo correcto.
Unos pocos tuvieron que abandonar el barco antes de tiempo, por culpa de tónicos y ausencia de material sólido en el estomago. Aquella noche fundacional, descubrimos que en nuestros peores momentos, siempre tendríamos a alguien que nos llevara en volandas hasta casa, sin hacer preguntas ni reprocharnos nada, aguantando el temporal hasta que volviera a salir el sol en nuestras cabezas.
La noche acabó en Vaivén, el mismo sitio en el que unos meses después un Muchacho tocaría el cielo y el infierno en un manteo cósmico, aquel en el que construiríamos un geiser artificial que sería recordado durante décadas. Con la música de los Smashing de fondo, nos fuimos a casa, al día siguiente había que madrugar, aquel sería un año duro, del que ya solo recordamos los buenos momentos.
Seis años después de aquel primer 17-O, celebramos el primer Año Muchacheo (cuando cae en viernes, como el original) y hoy hacemos lo propio con el segundo. Todo ha cambiado mucho desde aquel primer 17-O, algunos se han prometido, casado, tenido hijos ... Hemos surcado continentes y países que jamás pensamos que llegaríamos a visitar, nos hemos reinventado medio millón de veces, pero a la vez seguimos siendo los mismos: aquellos que gritaban el canto fundacional: ¡¡ LARA LARA LARA ... LARA ... 17-O, 17-O, 17-O !!
viernes, octubre 17, 2008
Año Muchacheo
Publicado por crooner79 en 12:00 a. m.
Etiquetas: amalgama
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3 comentarios:
Copón, que al final me he emocionado y todo! Eres un crack y cuando sacas a pasear la pluma surjen cosas descomunalmente emotivas. Enhorabuena amigo, esta noche la partimos.
Qué decir. En la línea de tus mejores posts; jodidamente preciso, emocionante y fascinante (o debería decir fascinado). El caso es que la fiesta de este año estuvo a la altura de una amistad que es un mástil en nuestra vida, una inspiración y un motivo inagotable de alegría. Gracias por explorar tu talento para contar nuestra historia. Y gracias sobre todo por ser alma del grupo.
Prestome mucho la lectura de fundación del grupo. 1 pena no haber estado en el aniversario de este año, pero a veces, para apreciar las cosas, es necesario mirarlas un chinín desde la distancia.
Fdo: Recluta Cachopo.
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