lunes, enero 09, 2006

De camino hacia la Luz


A estas alturas hay pocas series que puedan sorprender por su originalidad, una de ellas es "Tan muertos como yo". El argumento es sencillo: un grupo de aparecidos (muertos con cuentas pendientes en este mundo) tienen que acompañar hacia la luz de la nueva vida a gente que se va muriendo. La protagonista es Georgia, una joven de 18 años que de la noche a la mañana ve como su vida se acaba y comienza otra de ultratumba, en la que se verá acompañada por un grupo de tipos peculiares que están en similares circunstancias.

La serie rebosa humor negro, ironía y sarcasmo por los cuatro costados. La irreverencia forma parte del reparto y los tacos no brillan por su ausencia. La mezcla de géneros es constante: fantasía, drama, comedia, gore ... todo cabe en este insólito producto de la televisión actual. Al principio cuesta entender un poco las reglas del juego: lo que pueden y no pueden hacer los aparecidos, pero después de dos o tres capítulos todo va rodado.

Además de conducir a los muertos hacia la luz, Georgia trabaja de administrativa en una extraña compañía, lo más hilarante de la serie es sin duda ver como unos personajes que ya no tienen nada que perder buscan tareas para pasar el rato. El jefe de los aparecidos es interpretado por Mandy Patinkin y su personaje es otro de los más logrados con una peculiar mezcla de paternalismo y crueldad didáctica. Una buena parte del metraje está dedicado a mostrar la vida de la familia de Georgia tras su muerte, en algunos momentos cae en el sentimentalismo barato, pero al poco tiempo se vuelve a la lúgubre tónica habitual.

En definitiva "Tan muertos como yo" es una propuesta vitalista, divertida y macabra en la que se nos cuenta como podría ser la vida después de la muerte en caso de quedarnos anclados entre el mundo de los vivos y el más alla. El mensaje que intenta transmitirnos no es otro que: Carpe Diem, que la vida es breve; aunque tal vez la muerte no sea tan terrible como la pintan. Y es que en la muerte como en la vida ... nunca se sabe.

No hay comentarios: