El viejo Buk sabía de sobra que muchos buenos hombres acabaron en el arroyo por culpa de una mala mujer. El mítico Raymond Chandler también conocía bien esta historia, que no es otra que la escribió con Billy Wilder para el guión de "Perdición".
En un tiempo en el que no existían los ordenadores, los comerciales de seguros eran almas errantes en busca de un lugar en el que descansar de la dura vida de vendedor ambulante. Walter Neff es el protagonista, un empleado del año que decide enfrentarse al sistema, creyendo conocer todas las trampas y desafiando el infalible olfato de su jefe, el venerable Edward G. Robinson.
La oscuridad de aquellos tiempos difíciles está presente en todo momento, los pecados que se acaban volviendo contra nosotros por culpa de conciencias ajenas. Un mundo de ricos chocará contra la aparente inocencia de unos tipos sin mácula, condenados a enamorarse de arpías cuyos llantos camuflan la furia de una tormenta despechada.
En busca del crimen perfecto, la vida de Walter quedará reducida al nerviosismo generado por la tensa espera del que sabe que le van a pillar, las noches en vela pensando cuando le llegará la hora de pasar por caja para pagar por todos sus errores. Acabará odiando a la mujer que le condujo al cadalso, pero sobre todo a si mismo, por haber sido tan estúpido como para creer que todo saldría bien.
La mezquindad empresarial se cruzará con el instinto de un jefe que lo ha visto todo. El suspense dará paso a un final inesperado, unas gotas de justicia poética en medio de la confusión de sentimientos y necesidades básicas. Una historia sencilla, uno de esos clásicos capaces de sobrevivir durante décadas, porque hablan de lo que todos conocemos: nuestros mejores errores sin solución.
miércoles, junio 03, 2009
Una mala jugada
Publicado por crooner79 en 7:40 p. m.
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2 comentarios:
muy buenos tus nuevos posts en el cuadrilátero
como si no hubiesen pasado decenas de días
dale duro, chacho, no dejes de alimentar tu voz interior. Eso sí, a estas alturas, las mujeres fatales a una distancia oriental...
Gracias por el comentario Peeeeeeeeeeeeete, espero con impaciencia que acabe tu etapa de ordenación de poemas y tus posts vuelvan a rebasar la barrera psicológica de las tres palabras.
Un abrazo.
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