Llamándose Jennifer Love Hewitt estaba llamada a convertirse en una reina del pastelón, pero como buena hija del 79, se resistió a someterse a un destino prefijado. Fue una de esas niñas actrices que empezaron haciendo anuncios. Su salto definitivo a la fama se produjo con la serie "5 en familia" y la película "Sé lo que hicisteis el último verano".
Cuentan que está algo acomplejada por sus generosos pechos, que no quiere que la gente sólo la recuerde por ellos, pero a la vez sabe explotar su dotadísima anatomía, que le permite pasar sin problemas de pechugona reina del grito a reencarnarse en la mismísima Audrey Hepburn.
Hace tiempo que la Hewitt se dio cuenta de que jamás ganaría un Oscar a la mejor actriz, y por ello decidió producir algunas de sus películas para poder interpretar los papeles que le apetecieran, al más puro estilo Stallone en Rocky. Ninguna de sus producciones pasará a la historia del cine, pero con ellas ha demostrado que es mucho más que una cara bonita: un cuerpo para el pecado y una mente para los negocios.
Como dato curioso, se quedó a las puertas de interpretar el papel de Claire Danes en "Romeo y Julieta", el director la descarto porque creía que no era lo suficiente moderna. Supongo que hay noches que ella misma se pregunta por qué apareció en "Garfield" y su secuela, acto seguido supongo que mirará el saldo de su cuenta bancaria y dormirá como un angelito.
Ahora podemos disfrutar - o sufrir - sus actuaciones en la serie "Entre Fantasmas", nada nuevo bajo el sol. Siempre será una actriz para alegrarse la vista, a la que jamás le faltará trabajo, al menos mientras se lo siga produciendo ella misma.
jueves, octubre 26, 2006
Con mucho amor
Publicado por crooner79 en 8:37 a. m.
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